Carta a mi hija: ‘la envidia es mu mala’

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Mi hermano se dedica a probar y escribir sobre coches, ayer trajo uno precioso. Los niños alucinaron… una maravilla!!

Pero cuando su tío se fue mi hija dijo algo que me hizo pensar: “Quisiera ser mi prima para ir más rato en ese coche, me quiero cambiar por ella”. Le expliqué que debe estar contenta siendo ella y nadie más, pero a estas edades entienden lo que entienden.

Sé que es cosa de niños y que evidentemente a los 5 minutos no se acuerdan ni del color del coche. Pero con el tiempo espero enseñarle a no querer cambiarse por nadie:

Le diré que ir en ese coche parece el ‘no va más’, pero al final te tienes que bajar e ir andando, como todo el mundo. Y para eso solo tienes tus piernas, no las puedes cambiar, ni falta que te hace.

Le explicaré que mamá nunca jamás ha deseado cambiarse por nadie y cuando digo nadie es nadie. Ni siquiera en los malos momentos, que los ha habido muy y muchos, como diría Rajoy. Y por eso ‘casi siempre estoy contenta’.

Le diré disfruta viviendo, aunque a veces es ‘un rollazo ‘, como tú dices. Pero para todos.

Nadie tiene la vida perfecta, (aunque en Instagram lo parezca). A veces un pequeño rincón de un jardín minúsculo, tiene mas likes que una mansión. Solo hay que coger una buena perspectiva. No te quedes envidiando la mansión, saca una foto a tu jardín.

Riégalo, que se convierta en el más bonito del mundo, si quieres amplíalo… Igual algún día ahí esté tu mansión.

Ya se sabe hija… ‘La envidia es mu mala’.. y mucho más para que el que la padece.

Y el coche perfecto también se estropea. Si entiendes esto, algo habré hecho bien.

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