El Festival de Talleres de Teatro Clásico de Sala Russafa alcanza su ecuador con el estreno absoluto de En la cocina, una obra vibrante y realista que se representará del 20 al 22 de junio. Este montaje, dirigido por Iria Márquez y protagonizado por el alumnado del Taller de Interpretación para no profesionales nivel avanzado de la Acadèmia Escènica de València, transforma el escenario en un bullicioso restaurante donde la rutina laboral se convierte en espectáculo.
Basada en el texto del dramaturgo británico Arnold Wesker, referente del movimiento Angry Young Men, la obra se sumerge en la cocina del restaurante Marengo. Entre fogones, sartenes y cuchillos, un equipo de doce trabajadores comparte tareas, tensiones, sueños y frustraciones a lo largo de una intensa jornada laboral.
Una mirada sincera al trabajo invisible
La versión de Márquez se adentra en los entresijos de un entorno tan exigente como poco visibilizado: el de la hostelería. A través de un enfoque naturalista, el montaje invita al espectador a reconocer en escena a personas reales, trabajadoras, extenuadas, sin grandes discursos pero con una enorme carga emocional y humana.
El elenco, formado por Berta Esparza, Alba Ferragud, Salva Furió, José Luis Gómez, Blanca Mansergas, Luis Montenegro, Isabel Ramón, Amparo Rodríguez, Carmina I. Ramírez, Víctor M. Ferrández, Mercedes Testal y Aurora Yañez, se mantiene en escena de forma coral, sin pausas. El murmullo constante, el sonido de los utensilios y la presión creciente dibujan un ambiente que contrasta con la idealización televisiva de la gastronomía.
Del ‘kitchen sink drama’ al teatro cotidiano
La propuesta se enmarca en el realismo social de mediados del siglo XX. En la cocina es uno de los máximos exponentes del kitchen sink drama, corriente que retrata la vida de la clase trabajadora en sus espacios menos románticos. Lejos de los focos o el glamour, los personajes de Wesker –y ahora los de Márquez– muestran la crudeza y belleza de lo cotidiano.
Sin heroísmos ni moralejas, la obra lanza una reflexión sobre la deshumanización de los entornos laborales, el esfuerzo silencioso de quienes sostienen los engranajes de la sociedad y la universalidad de los pequeños anhelos humanos.
Con una versión actualizada y fiel al espíritu original, Márquez presenta un montaje que conecta con el presente sin artificios. Un plato lleno de verdad, cocinado con los ingredientes más sencillos, pero con un sabor que permanece.