León Benavente, uno de los grupos más consolidados de la escena independiente

autor-noticia-icon

COMPARTIR

A León Benavente ya no le hace falta presentación. Tras 10 años juntos, el grupo es uno de los más consolidados de la escena independiente.

Con una identidad intocable y algo nostálgica, han tejido un camino creativo que les ha llevado a publicar seis álbumes, subirse a infinidad de escenarios y tocar muchos temas.

Su vocalista, teclista y compositor, Abraham Boha, analiza con nosotros su evolución y nos hablan de futuro.

¿Cómo empezó León Benavente?

Nos conocimos trabajando con Nacho Hogueras, que fue un poco el nexo de unión entre nosotros cuatro. Cada uno somos de un lugar de la península y hace cosa de 13 años o así, nos encontramos. Estuvimos mas o menos un año haciendo giras, discos, conciertos, pero cada uno tenía sus proyectos. Por aquel entonces, Luis y yo estábamos en Madrid, y hablamos de hacer un proyecto conjunto. Algo que tuviese mucho que ver con la escena, con las canciones y los conciertos, y fue de ahí donde partió la idea. Empezamos a hacer algunas bases, algunas canciones… y con ese material avisamos a Edu y a César que se unieron, y ese fue el germen de todo esto.

¿De dónde viene el nombre exactamente?

León Benavente básicamente es un tramo de carretera hacia el norte por pasábamos muchas veces. Nos pareció un nombre sonoro y, de alguna manera, reflejaba algunas de las características que el grupo iba a tener, las carreteras sobre todo. Al principio, los nombres nunca tienen demasiado significado cuando los pones, o al menos, tienen un significado distinto al que acaban teniendo cuando ya se llena el material.

¿Creéis que habéis evolucionado desde que empezasteis? ¿De qué manera?

Sí, de hecho, creo que una de las cosas que nos hace siempre seguir es las ganas de hacer cosas nuevas, de sorprendernos y de cambiar. Suena un poco a cliché, porque creo que todos los grupos dirán “este disco es totalmente distinto al anterior”… Yo no sé si hacemos discos totalmente distintos, pero en cada uno de ellos sí que intentamos encontrar nuevas guías de composición y de expresión. Somos las mismas cuatro personas, con una personalidad musical muy marcada ya después de muchos años, y eso es muy difícil de cambiar, pero lo que hacemos es proponernos sorprender y no repetir formulas. 

Aunque no os guste definir vuestra música, ¿cuál es el tipo de música que hacéis?

Nosotros siempre hemos dicho que somos un grupo de rock, quizá un rock algo sofisticado. Pero creo que el grupo se define como que es un poco indie. Se nos encasilla mucho ahí, es una etiqueta que se suele poner a muchos grupos con ciertas características desde hace tiempo. Entiendo que se quiera poner para generalizar grupos que se mueven por determinados parámetros.

¿Cuáles son vuestras referencias?

Realmente no lo sé… De los tres discos que hemos publicado, no dejamos muchas pistas de por dónde van los tiros de las cosas que nos gustan. No nos gusta mucho hablar de nombres propios de grupos, porque en el fondo tampoco tiene mucho sentido, teniendo en cuenta que éramos cuatro personas que veníamos de mundos musicales con paralelismos, pero con un gusto ya muy marcado. Es una mezcla en la que no hay ningún nombre que prevalezca. Cuando nos juntamos para las primeras canciones, no hubo ningún nombre encima de la mesa. Al principio, queríamos que fuese un grupo que de alguna manera resumiese mucho los sonidos que se habían hecho en este país en las últimas décadas. Creo que eso es algo que sigue estando ahí, pero como decía, somos un grupo inquieto, nos gusta ir investigando nombres o referentes que ahora nos pueden servir para marcarnos un poco el camino, que al principio ni los imaginábamos. Es interesante hablar sobre ello, pero es que nos gustan tantas cosas, que es difícil (se ríe)

¿Cuáles son los temas recurrentes en vuestra discografía?

Bueno… No lo sé. Al final tu forma de entender el mundo es lo que acaba transmitiéndose en las canciones. Es verdad que yo en este grupo siempre he intentado que los cuatro nos sintamos identificados de alguna manera con lo que se está contando. Sobre todo, porque luego sabemos que vamos a tener que subir a un escenario y todos vamos a tener que sentir un poco lo mismo con lo que transmitimos. Quizá, en las primeras canciones de León Benavente mirábamos un poco más alrededor, más hacia fuera, a lo que estaba pasando en aquellos momentos, a lo que teníamos cuando salíamos a la calle y a las situaciones con las que nos encontrábamos. Creo que todas las canciones tienen que reivindicar algo y que todas las canciones son políticas.

Con el tiempo se han hecho un poco más reflexivas, un poco más hacia dentro, pero creo que los temas siguen siendo los mismos. Los que manejábamos al principio, y que en el fondo, son un poco universales. Y la frase que más he repetido en estos 10 años es “Todos los temas ya se han tratado en todas las canciones pero lo que me interesa, más que la temática en sí, es la forma de abordarlos, las palabras que se usen y la forma de comunicarlo”.

En Volando Alto cantáis que “hay armas más útiles que una pistola”, y os referís a las palabras. ¿Crees que hoy en día las palabras, con esto de las RRSS, pueden hacer daño?

Sí, desde luego. Más que las palabras, las opiniones. Creo que no somos un grupo que nos expresemos por redes, más bien por las canciones. Pero veo que hay una especie de locura generalizada de opiniones que en el fondo tampoco se argumentan y de que hoy en día los medios son lo más sencillo de la historia para tener un pensamiento, abrir una pantallita y lanzarlo al mundo… A veces, se banaliza muchas cosas y pone en peligro también otras, veremos a dónde nos lleva esto… Llegará un momento en el que, como con los estilos musicales que son cíclicos, quizá llegue un momento en el que volvamos a comunicarnos y a opinar de la manera en la que lo hacíamos antes, y a ser un poco más libres también.

Entonces, ¿crees que las RRSS tienen fecha de caducidad?

Sí, creo que la tienen y también pienso que lo que tiene fecha de caducidad también son esas mismas palabras. Que algo que monta un revuelo en un día, al día siguiente se ha olvidado, y eso también es bastante peligroso.

Venís a Valencia, al festival de Love To Rock, ¿cómo creéis que es el público valenciano?

Es una ciudad en la que siempre hemos tenido mucho público. De hecho, este verano, en estas giras extrañas que estamos haciendo desde los dos últimos veranos por la agitación y las restricciones, hicimos un concierto en Viveros y creo que, si no fue el mejor que hemos dado, fue uno de los mejores, desde luego.

Siempre ha sido una ciudad que nos ha tratado bien, y no sé decirte cómo sois (se ríe) creo que hay una tendencia a pensar que las ciudades de cada uno son como más sosas… Nosotros tenemos suerte, y creo que una de las características fundamentales de León Benavente es que en los conciertos se ha creado un vínculo y una comunión con el público muy especial. Hay una energía muy especial, y siempre que hemos ido, desde el primer concierto en la Wah Wah, que íbamos los cuatro sin equipo técnico ni nada, la sala prácticamente se llenó. Luego hemos vuelto muchas veces y bueno, siempre ha sido muy guay. 

¿Sois más de salas pequeñas o de grandes escenarios?

Nos gustan las dos cosas, son sensaciones muy distintas. Como público te digo que a mí personalmente me gusta más disfrutar de la música en salas, ir a ver al grupo en sí. Pero en los festivales hay mucha más gente, también se crea una energía distinta, hay un público que no va a verte a ti, pero a un grupo como nosotros nunca nos ha venido de más tocar en esos festivales. A día de hoy nos siguen descubriendo personas que van a ver a otros grupos o cantantes, y no nos habían oído nunca, y a partir de ahí empiezan a venir a conciertos en las salas. Las salas siempre han estado ahi. Si nosotros no hubiésemos tocado en la Wah Wah, no estaríamos tocando ahora en el festival Love To Rock de Valencia.

A raíz de la situación que estamos pasando, ¿cómo lleváis esta nueva normalidad?

Hemos hecho varios conciertos pandémicos, los primeros fueron rarísimos porque nunca habíamos hecho algo así. Las personas sentadas, las mascarillas… al final dejó de hacerse raro, aunque a veces, cuesta concentrarse y pensar que llevas toda tu vida trabajando todo lo contrario, ya que en un concierto como el nuestro vamos a mover al público. Pero, después de los conciertos del año pasado y este año, nos centramos en hacer un tipo de concierto en el que nosotros disfrutásemos también, y creo que eso se nota y se acaba transmitiendo. A día de hoy me alegro que ya se estén levantando ciertas restricciones.

¿Dónde os gustaría tocar que no hayáis tocado nunca?

Tenemos muchas ganas de ir a Vive Latino, un festival que se hace en México DC, nos hace ilusión. Yo soy de Vigo y tengo muchas ganas de tocar en el auditorio, que es al aire libre con un anfiteatro y un parque. Allí di los primeros conciertos de mi vida y me hace mucha ilusión volver allí.

¿Tenéis algún sueño que no hayáis cumplido aún o tú en concreto? Tú por ejemplo has escrito un libro…

Creo que es mejor pensar en las cosas que se han cumplido que en las que no se han cumplido. Sí que somos ambiciosos, pero no nos hacemos ilusiones que sean imposibles de realizar. Tenemos un proyecto que no te puedo contar (se ríe), pero era algo previsto para justo antes de la pandemia, y era ir a grabar fuera de España, y puede que lo hagamos en algún momento a partir de ahora.

En relación a tu libro, ¿qué diferencia hay a la hora de escribir canciones o poemas? ¿Cómo separas esos lenguajes?

Sí, es verdad que los lenguajes son diferentes, pero se tocan en muchas ocasiones. El ejemplo más claro es el Nobel que le dieron a Dylan por sus canciones, y no por sus pocas novelas o sus memorias. Yo, por ejemplo, siempre he sido muy fan de Leonard Cohen. Empezó siendo poeta y después hizo canciones.

A la hora de trabajar los textos es donde veo más diferencias, cuando estás haciendo una canción hay un contexto musical, un contexto armónico, una estructura diferente. Es verdad que escribir poemas sin un instrumento ni un contexto armónico ni melódico, es un poco un salto al vacío, para mí al menos, pero también es liberador, y hace que tu cerebro vaya por otros caminos, que busques otros lugares y líneas de expresión. Algo que en este libro he intentado alejarme de los poemas que parecen canciones. Sí que son lenguajes que se tocan, pero cuando haces las dos cosas, se alimentan de alguna manera. No podría haber escrito este libro sin hacer canciones antes, y ese lenguaje también ha influido en las canciones que he hecho después del libro. Los proyectos musicales completos son aquellos que se nutren de lo que no es única y exclusivamente música, sino de otras facetas.

¿Hay disco nuevo preparado?

Está terminado y en camino, pero no te puedo decir cuándo va a salir, pero sí que el mes de noviembre lanzaremos un primer tema del disco.

TAGS

COMPARTIR