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#hotenimclar, homes contra la violència masclista



HOMBRES CONTRA LA VIOLENCIA MACHISTA. NUESTRO DECÁLOGO


Cada vez más hombres reconocemos, señalamos y denunciamos la violencia contra las mujeres. Cada vez más hombres sabemos que nuestra masculinidad es el problema y queremos pasar a ser parte de la solución. #HoTenimClar
 
Únete a nosotros. Es un trabajo para toda la vida, pero aquí tienes los primeros pasos para convertirte en ese hombre que el mundo necesita, y que quieres ser. 


  
Uno, no eres el centro del mundo, ni ellas tu complemento
 

El androcentrismo es una manera sesgada de ver el mundo, que considera el hombre como la medida de todas las cosas, como el criterio y el modelo que representa siempre a la humanidad, haciendo de las mujeres “lo otro”. Ellas, más de la mitad de la humanidad, tan humanas como nosotros, tan completas como nosotros, no cuentan con los mismos derechos, los mismos privilegios, las mismas oportunidades. Para nosotros, ellas son esposas, madres, hijas, hermanas, cuidadoras… o alguien con quien acostarse.

Desde ahora, piensa en esto cuando estés con las chicas o mujeres que conoces, cuando las veas por la calle, en las películas, en las noticias o en los anuncios, o si vuelves a ver porno… piénsalo.



 

Dos, desmonta tu masculinidad

Como hemos crecido en una sociedad patriarcal, nos han enseñado que ser hombre es ser duro, racional, independiente, fuerte… violento. Si no, no eres masculino. Y, a pesar de que la violencia física cada vez tiene menos legitimidad, hay otros tipos de violencia más sutiles que siguen normalizadas y que son la base de todo este sistema de opresión y discriminación hacia lo no-masculino.

Por eso es imprescindible acabar con todas las violencias, psicológicas, económicas, sociales... Acabar con los micromachismos, dejar de reír chistes sexistas, dejar de escuchar canciones o ver cine que romantiza la violencia de género; y empezar a visibilizar a las mujeres en todos los campos de la vida, haciéndonos a un lado, escuchando, valorando e incorporando sus experiencias, dejar de sobrecargarlas con las tareas de cuidado, responsabilizándonos y haciéndonos cargo de lo que supone sacar adelante la vida familiar y del hogar. Empecemos a cuidar.


Tres, rompe el pacto de impunidad entre machos

 

Los hombres tenemos un club secreto en el que nos defendemos entre nosotros cuando tenemos comportamientos machistas, y llegamos a elevar a lo más alto al más insensible, violento y misógino. Piensa por ejemplo, en el rechazo que hay a criticar a hombres famosos que han maltratado o violado a mujeres, como si fuera solo un pequeño defectivo y su obra estuviera por encima del bien y del mal. O lo que nos cuesta decirle a un amigo que deje de acosar a esa chica, cuando estamos de fiesta.

Puede que sea lo más difícil, ¿verdad? Pero rompe el pacto. NO calles cuando otros hombres lo hagan, por muy amigos que sean. No rías o compartas chistes o imágenes que expongan o denigren a las mujeres. Señala las agresiones, evita actos violentos en tu presencia. Detén todo intento de abuso, incluyendo, por supuesto, aprovecharse de una chica porque haya bebido o después de echarle cualquier sustancia en la copa.

 

 

Cuatro, su cuerpo es suyo

De nuevo hay que recordar que las mujeres son personas completas, no cuerpos a nuestra disposición. No son objetos para nuestro placer. No opines, no mires, no toques. No pagues por sexo. No acoses ni con palabras, ni con miradas, ni con tus actos. 

La violencia sexual hacia las mujeres está tan arraigada y normalizada que necesitamos reflexionar de manera particular sobre varios aspectos. A la idea general de: no son cuerpos, son personas, tenemos que añadir, al menos, tres puntos más para trabajarnos: solo si hay un deseo real, hay un sí. Di adiós al amor romántico. Y cambia tu erotismo. Veámoslos.


Cinco, solo si hay un deseo real, hay un sí


Seguro que has oído más de una vez, puede que incluso lo hayas pensado, que una chica dice que no para hacerse de rogar, pero que en realidad quiere decir que sí. Pues bórralo de tu cabeza. Todas las personas tienen derecho a decir NO. El silencio NO es un sí. La duda no es un sí. Ni siquiera un sí forzado es un sí. Solo un sí evidente, inequívoco, desde el deseo real, es un sí. Y si la otra persona está borracha o inconsciente NO hay consentimiento. Si no queda claro, o si no está en condiciones de responder, para y pregúntale qué le apetece, sin presión, dejando claro que respetas su decisión sin juzgarla ni valorarla.

Además, tiene derecho a cambiar de opinión. Y el hecho de estar ligando no implica que tenga la obligación de acostarse contigo. Ni de hacer nada con lo que no se sienta cómoda. No insistas si alguien deja de seguirte el rollo. El consentimiento de una noche no es para siempre. Y da igual en qué punto estéis, puede parar cuando quiera. Nadie tiene ninguna obligación de “terminar” nada.



Seis, di adiós al amor romántico
 

Hemos crecido con esos mitos del amor romántico, la media naranja, que hay que sacrificarse por amor, aguantar lo que sea por tu pareja… sobre todo para ellas. El amor romántico es la herramienta del patriarcado para someter a las mujeres, en el nombre del amor, con relaciones de dependencia, celos, y control que fácilmente terminan en violencia, de muchos tipos.

Cambia tu estilo de relacionarte en pareja. Piensa sobre todos los detalles cotidianos que puedes cambiar para mejorar: quién se encarga de qué, quién toma las decisiones, quién reclama más atención, quien tiene más vida propia, quién ha dejado de ver a sus amistades o aficiones... Toma buena nota de los cuatro pilares de una relación: Igualdad, Libertad, Confianza, Respeto.



Siete, cambia tu erotismo
 

Tu principal órgano sexual es el cerebro; y el más grande, la piel. Olvida las referencias del porno, sobre todo si has llegado a no poder excitarte sin reproducir esas escenas llenas de violencia y dominación. Deja de pensar en el sexo como si tu pene y la penetración tuvieran que ser el centro de todo. Piensa en tu pareja como una persona con la que compartir el placer, no como un fin para obtener un orgasmo.

Y, por supuesto, no pagues por sexo. Ser hombre no implica tener el derecho de hacer lo que quieras con una mujer a cambio de dinero.



Ocho, reconoce, visibiliza, valora

Los hombres pensamos que todo lo que hemos logrado es mérito nuestro. Nos cuesta reconocer nuestro privilegio, nuestras ventajas sociales a la hora de ocupar los mejores puestos, cobrar más, tener más presencia en los medios de comunicación, incluso a hablar más en nuestros grupos de amistad. Ninguneamos a las mujeres y despreciamos las actividades que tradicionalmente se han asociado a lo femenino. 

¿Cómo cambiar esto? Empieza por abandonar el doble rasero. Es decir, cuando, por lo mismo que un hombre nos parece un buen líder, una mujer nos parece una mandona, una bruja. O cuando entre nosotros nos definimos como “donjuanes” pero a ellas, por lo mismo, “guarras”. Lo siguiente es no interrumpir, no menospreciar, no explicar las cosas con condescendencia, no contribuir a la explotación femenina, no cosificar… Y empieza ya a reconocer, visibilizar y valorar a tus compañeras. Lee o escucha a mujeres, propón o apoya ascensos de mujeres, sigue a mujeres en redes…


 
Nueve, apoya las reivindicaciones de las mujeres
 

Escucha atentamente los reclamos y las exigencias de las mujeres. Escucha y apoya las reivindicaciones feministas. Posiciónate públicamente, actúa. No niegues sus problemas. Y no pongas excusas, por favor, no digas #NotAllMen. ¿Acaso cuando ves un anuncio de tráfico para que seamos prudentes, te pones a la defensiva y sales gritando “NotAllDrivers!!!”? ¿Por qué solo ponemos en duda las reclamaciones que tienen que ver con los derechos de las mujeres?

Ah, y vente al Igualment-Fest, el evento por la igualdad que se celebra cada año en nuestra ciudad. Se celebra para conmemorar el 25 de noviembre, Dia Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, y pretende celebrar la igualdad de género desde una visión positiva, con música, teatro, arte, talleres, activismo y concienciación sobre la violencia machista.



Diez, no lo hagas solo

Deconstruir la masculinidad es mucho más complicado de lo que parece. Reconocer tu vulnerabilidad y pedir ayuda es un paso importante. ¡No tienes que hacerlo solo! Hay muchos otros hombres de todas las edades que han empezado la misma aventura.

En nuestra ciudad, además, el Ajuntament de València nos ofrece otros servicios específicos que te pueden venir bien, según cuál sea tu caso:

-Taronja Sencera. ¡Por una adolescencia libre de violencia de género!

-Repara. Atención a hombres para promover relaciones igualitarias.

 

Acabar con la violencia y lograr la igualdad también es cosa nuestra.  
#HoTenimClar