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HOMENAJE
Moda

i revisamos las imágenes que el
fotógrafo Peter Lindbergh (Po-
lonia, 1944 - Francia, 2019)
dejó al mundo antes de marchar-
se el pasado septiembre, encontraremos dos
elementos comunes: la autenticidad y la melan-
colía. Él era consciente. “Una sonrisa eclipsa a todo
el rostro; la melancolía es real, es transparente”,
dijo, preguntado por la seriedad que destilaban
quienes se ponían al frente de su objetivo. Por ello,
se decía que las imágenes que conseguía estaban
más cerca del fotograma cinematográfico que de la
mera sesión fotográfica.
De las supermodelos de los 90 –fenómeno que
él inventó con la portada que firmó para Vogue
USA en enero de 1990– a las mejores actrices de
Portada del libro Peter Lindbergh
Hollywood –Nicole Kidman, Penélope Cruz, A Different Vision on Fashion Photography (Ed. Taschen).
Tilda Swinton, Uma Thurman o Cate Blanchett–,
todas admiten que disfrutaron trabajando con él.
Y no es que la sonrisa estuviera vetada; es que Peter también accedió la perspectiva crítica y pura de Peter Lindbergh. El polaco
las dejaba mostrarse como querían y, siendo mu- creó historias con novias como protagonistas. Eran sesiones de fotos para
jer, la mejor manera de retar al establishment las revistas más reconocidas de la industria de la moda. Las modelos:
es negándole lo que espera de ti: complacencia, Isabeli Fontana, Sasha Pivovarova, Cara Delevingne, Vittoria
candidez, ingenuidad. Esos re- Ceretti... Bellezas singulares, nada
tratos en blanco y negro forman prototípicas, para relatos visuales
parte de un imaginario artístico Sus novias tristes generaban que querían romper con el mito
y referencial inolvidable; un lega- contradicciones. Lo que del amor romántico. O, al menos,
do del que para muchos –como cuestionarlo.
Franca Sozzani, lideresa de la muchos vieron como un En sus fotos, las novias tam-
edición italiana de Vogue, quien atentado al amor era, en bién combinan autenticidad y
nos dejó en 2016– era el mejor realidad, una defensa del amor. melancolía, incluso en una licen-
fotógrafo de moda del mundo. cia dramática, tristeza o enfado.
Ahora, imaginen una estampa Del amor del bueno Con todo esto, aportó aire fresco
de boda. Miren la cara de esa novia. al mostrar la humanidad que na-
Su expresión. La sonrisa. Natural o die antes había mostrado en lo
forzada, qué más da, está haciendo lo correcto. Ser que parece que siempre ha de ser un cuento de hadas. Empezaban los
feliz, estar feliz o, mejor dicho, parecer feliz. A ese 2000 y la mentira había durado demasiado. Matrimonios forzados por
universo donde no se permite mostrar algo diferente el imperativo social que concluían en una infelicidad permanente, en
a esa mueca risueña, incluso siendo ésta impostada, un sentimiento de culpa de la parte femenina de la pareja.

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