Dicen que el tiempo vuela, pero cuando se vive bien, se detiene por momentos. Atenea Sky acaba de cumplir dos años desde lo más alto del centro de Valencia, y lo ha hecho como mejor sabe, rodeado de gente bonita, de flores preciosas, de sabor y una puesta de sol espectacular. Porque hay lugares bonitos… y luego está este. Un espacio que produce pura serotonina. Lo dicen los clientes que vuelven, quienes suben por primera vez y quienes sienten que aquí arriba, todo vibra distinto.
El lema de este aniversario, dos años y una flor, no es casual. Es un guiño a Nino Bravo, a esa canción que Valencia lleva en el alma: “buscaré un hogar para ti, donde el cielo se une con el mar”. Atenea es precisamente eso, un refugio donde florece la buena energía. Cada detalle está pensado para provocar esa sensación tan clara y difícil de explicar: la de estar justo donde tienes que estar.
Anoche, esa energía se hizo visible. El rooftop vibró con el atardecer, nuevos cócteles, flores en los looks y una comunidad que no para de crecer. Más que una fiesta, fue un homenaje a la ciudad y a un lugar que ya es punto de encuentro.
Lo que viene: una nueva temporada con historias
Con el inicio de su tercer año, Atenea Sky lanza un menú ejecutivo pensado para convertir el mediodía en un paréntesis con una propuesta con alma valenciana, técnica actual y mucho sabor. Entrantes como el salpicón de pulpo con vinagreta asiática o el tiradito de palometa con sopa fría de almendra abren paso a principales como el arroz de pato con crema hoisin o picaña ibérica con boniato crujiente y endivia a la llama. El final, dulce y bien pensado: pastel de limón, fondant de chocolate o crema quemada con helado de caramelo salado. Una propuesta firmada por el chef Juan Torres y su equipo, pensada para saborearse… desde las alturas.
La coctelería también evoluciona. El Árbol de los Sabores, creado por Fillipe Suárez, da nuevos frutos esta temporada. Entre ellos, un postre en copa que juega con texturas y aromas de carrot cake, Amor Prohibido, un cóctel atrevido, picante e inolvidable, y Un beso en las Nubes, con maracuyá y la pasión como protagonistas. Nuevas creaciones, formas distintas de contar una historia en copa.
Además, la cultura ya forma parte del ADN de Atenea. Flamenco fusión, DJs con sonidos tropicales, arte en directo y momentos que simplemente suceden. La propuesta cultural no es la misma, el cielo tampoco. Porque la vida es demasiado corta para no dejarse sorprender.
Nada de esto sería posible sin el equipo que da vida a Atenea cada día. Desde cocina hasta sala, desde coctelería hasta producción cultural, hay un grupo de personas que trabaja con mimo, pasión y detalle para que cada experiencia esté a la altura. A todas ellas, y a quienes se suman desde el otro lado, con su sintonía y sus ganas de disfrutar, gracias por hacer que este lugar siga creciendo con alma. Y un agradecimiento especial a Flores Solidarias, que llenó de color y sentido el evento con su taller floral y su compromiso social. Ayer, más que nunca, cada flor tuvo un significado.