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                                                                               y amarlas. Quería seguir emprendiendo
                                                                               en femenino”. En un mercado, en su
                                                                               mayoría, centrado en el precio, el de
                                                                               Asun Oliver es un universo que desta-
                                                                               ca inevitablemente. “Mi ilusión era ser
                                                                               referentes tanto a nivel sanitario, porque
                                                                               cuidamos la salud visual de nuestros
                                                                               pacientes con la última tecnología y los
                                                                               mejores profesionales, como a nivel de
                                                                               producto, por su innovación. Creo que
                                                                               las gafas siempre pueden decir algo de
                                                                               ti”, para ello, su hoja de ruta incluye las
                                                                               ferias internacionales de París, Milán y
                                                                               Múnich. Su hambre de novedad le ha
                                                                               llevado a abrazar la vanguardia en to-
                                                                               dos los aspectos de su vida y profesión.
                                                                               “Me considero una boomer-millennial”,
                                                                               dice entre risas para mostrarse como una
                                                                               veterana que se adentra sin miedo ni ba-
                                                                               rreras en la tecnología y la era digital. De
                                                                               ahí a que, a su local en Valencia, sume
                                                                               una tienda online, donde se encuentran
                                                                               referencias que abarcan desde clásicos
                                                                               como Céline, Chloé o Moscot a nuevas
                                                                               enseñas, muchas de ellas convertidas en
                                                                               auténticos fenómenos en las redes socia-
                                                                               les, entre las que están Carrighan, Mr.
                                                                               Boho, Mykita o Nina Mûr.
                                                                               Su casa es una extensión de su trabajo.
                                                                               En el mejor de los sentidos. “Mi marido,
                                                                               Ricardo, es farmacéutico y me ha apoya-
                                                                               do en todas mis iniciativas con devoción.
                                                                               Mi hija, Marina, sigue mis pasos con las
                                                                               mismas  profesiones,  entiendo que  las
                                                                               ha vivido. Me llena de orgullo. Mi hijo,
                                                                               Ricardo, es un gran maestro”, comparte
                                                                               contenta, y pasa a confesar una afición
                                                                               que sorprendería a más de uno. O no.
                                                                               “Tocar la guitarra y el ukelele. Sería feliz
                                                                               subiéndome a los escenarios  a cantar”.
           Asun Oliver                       se le conoce como la óptica más original   Pero también le llena de felicidad un
                                                                               proyecto pendiente, que espera que vea

           Fundadora de ‘la óptica más       de  Valencia. Donde unos ven diseños   la luz el próximo año: “Una tienda muy
                                             imposibles, ella ve diversión, fantasía y
                                                                               original que tengo en mi cabeza relacio-
           original de Valencia’             atrevimiento, claves de su proyecto, que   nada con la mejora del medio ambiente
                                             tiene en su espacio de  la calle Conde   y las gafas, por supuesto”.
                 Soy  farmacéutica,  óptica-opto-  Altea su máxima representación. Cree   Autodenominada ‘musa de la energía’,
                 metrista y audioprotesista. Far-  firmemente que no se hubiera podido   de Asun, quienes la conocen, destacan
                 macéutica porque mi madre,   dedicar a otra cosa. “Después de dirigir   que es incansable, dueña de una expe-
           hoy de 91 años, quiso estudiar farmacia   durante más de veinte años el Instituto   riencia sin igual y una creatividad sin
           y, en aquella época, su padre no la dejó.   Valenciano de la Visión, más de quince   límites. Una muestra de que el rigor y
           Ese fue mi motivo inspirador. Y soy óp-  ópticas y a más de sesenta profesionales,   la imaginación pueden llevarse bien.
           tica porque desde los doce años soy un   sentí la necesidad de abrir un espacio in-  ¿Cómo  le gustaría  que  se le  recordara?
           poco miope y ya me gustaba cambiar de   novador tanto por su diseño como por   “Como una mujer dedicada a solucionar
           gafas”, así se presenta Asun Oliver (Car-  su producto. Quería que fuera especial,   toda su vida problemas visuales y audi-
           caixent, 1957), un avance de la fascinan-  diferente; una óptica que, al entrar, los   tivos de una manera muy profesional y
           te personalidad que estamos por descu-  clientes disfrutaran con las gafas más ge-  con mucho cariño. Eso sí, siempre detrás
           brir. Por algo, a su negocio homónimo   nuinas y sintieran las ganas de llevárselas   de unas gafas originales”.


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