No hace falta rascar mucho para notar que el mundo de las criptomonedas ha echado raíces en Valencia. Basta con abrir Google Maps y buscar “Bitcoin” para que aparezca un pequeño mapa de calor repartido entre oficinas físicas y cajeros automáticos que permiten comprar o vender criptomonedas. BitBase en el centro, Bitnovo por la zona del puerto, cajeros en centros comerciales como Aqua o El Saler, incluso en calles poco transitadas como Doctor Vicent Zaragoza o la Illa de Sardenya. Lo que hace unos años era terreno exclusivo de foros online y grupos cerrados de Telegram, hoy tiene presencia visible y cotidiana.
Educación y comunidad: el primer paso fue entenderlo
Uno de los principales catalizadores de este fenómeno ha sido, curiosamente, la pedagogía. Durante mucho tiempo, el mundo cripto se entendía como algo técnico, incluso oscuro. Pero con el tiempo han ido apareciendo iniciativas impulsadas por los propios exchanges que han bajado el tema a tierra. Escuelas de formación como la Bit2Me Academy, eventos como el Bitcoin Open Days, celebrado el pasado mes de mayo…
Que estos servicios estén en boca de todos no es casualidad: también hay inversión detrás, con campañas visibles tanto online como en puntos físicos. La sencillez de uso que presentan este tipo de plataformas también promueve que perfiles muy distintos se animen a probar suerte. El resultado es una aceptación cada vez más extendida de todo lo que tiene que ver con la inversión en criptomonedas, como evidencia esta reseña del casino Spin Samurai en Kryptocasinos.com.
El contexto global también empuja
La subida del precio de Bitcoin y de otras criptomonedas en los últimos meses ha reavivado el interés por este mercado en todo el mundo. Cada nuevo ciclo alcista arrastra a nuevos usuarios, muchos de los cuales descubren que pueden empezar a operar con la misma facilidad que retirar efectivo en un cajero automático. Hasta se puede pagar una reserva en un hotel con criptodivisas.
Esta tendencia ha coincidido con un aumento en el número de puntos físicos donde comprar o vender criptoactivos. No solo en Valencia, sino en toda España. La barrera de entrada ya no es económica ni tecnológica. Es más una cuestión de confianza, y eso, al parecer, se ha ido ganando poco a poco.
Comisiones más bajas, servicios más completos
Las plataformas también han sabido adaptarse a un público cada vez más exigente. Las comisiones por operar han bajado considerablemente y muchos exchanges ofrecen descuentos por volumen o por el uso de tokens propios. Y luego está la parte física: oficinas con atención en persona, escaparates con pantallas que muestran el precio del Bitcoin en tiempo real, empleados que resuelven dudas cara a cara. Todo eso aporta una sensación de seguridad que no es menor en un terreno todavía lleno de dudas para muchos.
Valencia, cada vez más cripto
Valencia y el mundo cripto parecen caminar cada vez más juntos. Lo que empezó como una curiosidad de nicho va tomando forma de algo cotidiano, impulsado por la educación, la accesibilidad y una red física que ya está presente en muchas calles de la ciudad. Hoy no hace falta ser un experto para comprar Bitcoin: basta con acercarse a uno de los muchos cajeros repartidos por la capital. Y si algo queda claro es que Valencia se está posicionando como uno de los focos más activos de esta transformación.
