Hoy he leído a mi niño un libro sobre los indios americanos. Al final del cuento estaba esta carta de un gran jefe, al que pretendían comprar sus tierras.Mientras leía me brotaban las lágrimas, me pilló sensiblona. ¿Cómo hemos podido cargarnos esta filosofía? ¿Cómo podemos tener personas, niños y mayores, en la frontera de Macedonia atrapados como ratones?
Les dan 2 minutos en el teledaiario, en plan estos siguen allí y a otra cosa. Eso sí, un cuarto de hora a la investidura de ficción que han montado en este país de los despropósitos. Mejor dicho en el mundo de los despropósitos, ahí tenemos a Donald Trump triunfando en EEUU.
Los indios tenían más sentido común y más sabiduría que todos los gobernantes e influencers del momento, solo hay que leer la carta.
El nene me ha dicho que no llore, que nunca más leeremos este libro si me pone triste. Le he contado que lloro porque es muy bonito y debe haber pensado, si le gusta tanto el cuento va a flipar con esto…. y me ha dibujado un tipi. Eso es amor.
Espero que recuperemos algo, aunque sea una pizca de esta manera de pensar para ellos, para los pequeños. Que consideren a la tierra como lo que es. la madre de todos, a quien cuidar, venerar y escuchar. Y no un recurso que explotar, solo a nuestro servicio. Hagamos caso a Leo Dicaprio. ¿Qué hay peor que matar poco a poco a nuestra madre?
