La consecuencia inminente de contar en el dormitorio con humedades es que no podrás dormir plácidamente. La calidad del sueño disminuye notablemente, ya que altera y dificulta la respiración natural. Si bien, el hecho de que la humedad interfiera tu ciclo de sueño, no es el principal problema. Descansar y pasar muchas horas en un ambiente húmedo es un foco de infección, que a buen seguro va a deteriorar tu salud progresivamente, e incluso complicar algunas afecciones previas.
La alta humedad aumenta la sudoración y dificulta su evaporación, por lo que la humedad permanece en la piel, creando una mayor sensación de agobio. La situación se hace más peligrosa cuando aparecen manchas de moho en las paredes. Inhalar esporas de moho durante un tiempo prolongado puede causar reacciones alérgicas o crisis de asma en personas sensibles. También puede derivar en infecciones micóticas. Además, la exposición al moho puede irritar los ojos, la piel, la nariz, la garganta y los pulmones.
Para tener un ambiente saludable la habitación debe mantener constante una humedad relativa entre 40 y 70%. Algunas formas de reducirla en la habitación y tu hogar son las siguientes:
-Airear las habitaciones de la casa todos los días durante unos minutos abriendo sus ventanas
-No secar ropa en el interior
-Usar absorbentes de humedad
-Aplicar pintura antihumedad en sus habitaciones
En caso de contar con un problema real de humedades en las paredes de tu habitación, la única solución efectiva pasa por contar con ayuda profesional, como la de Murprotec, que realiza un diagnóstico ajustado de la situación para tomar las medidas pertinentes.
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