Horacio Silva: “El arte no sirve para nada, pero es imprescindible”

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Entrar en el universo del pintor valenciano, Horacio Silva, es una experiencia casi musical. Su propuesta pictórica es como una conversación íntima, reflejo de la esencia de su creador, un hombre tranquilo y sensible.

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Entrar en el universo del reconocido pintor valenciano, Horacio Silva, es una experiencia casi musical: sensorial. Desde las mismas puertas de su estudio, en pleno corazón del barrio de Ruzafa, percibimos la pasión de su propietario por su profesión y lo apreciamos en los matices de su decoración, y en las cualidades de sus grandes obras, dispuestas con fingido azar entre los muros de su ‘templo’. La amplia gama de colores, las formas geométricas sensualmente distribuidas y esas texturas que imprimen carácter, nos sobrecogen y crean un diálogo continuo entre el espectador y la propuesta pictórica. Una conversación sonora e íntima, reflejo de la esencia de su creador, un hombre tranquilo, modesto y sensible, que nos recibe en su casa con una sonrisa.

Horacio, ¿cómo es tu día a día? ¿Cómo es tu proceso artístico?

Mi proceso artístico es corriente. Me levanto temprano, a las 7 o 7,30, y hago las cosas normales, ducharme, tomar café y leer la prensa. Este es uno de los momentos más agradables del día, empaparme de lo que está pasando en el mundo. Después salgo a pasear para despejarme y, a continuación, trabajo. Ya lo decía Picasso, “que la inspiración te pille trabajando”. Primero, comienzo con los bocetos y luego sigo con la pintura. Hago mis propios colores con látex y pigmento, que utilizo en formatos de gran tamaño. Las tardes son para el relax y los amigos, un cine, un libro, etc. No me aburro nunca.

¿Crees en la inspiración puntual, momentánea, esporádica?

Un pintor lo es durante las 24 horas del día, lo debe llevar en la mirada. Mientras camino, pienso en pintura, o cuando acudo al cine o voy a un museo. Veo un encuadre que me inspira, una zona de color… Siempre estoy pensando en lo próximo que voy a hacer, que además se presentará en una exposición y será examinado por el público de forma continua (si les gusta o no, si lo compran o no). Mi obra vive una evolución constante, o eso intento. Háblanos de tu momento profesional actual. Estoy en un buen momento, con una obra muy evolucionada, que curiosamente refleja optimismo, color, frescura, luz, alegría y esperanza, pese a los momentos tan tristes que estamos viviendo. La última exposición que he realizado -Introversiones II, expuesta en la Galería Shiras de Madridha funcionado muy bien, a pesar de mi edad. Ahora, el mundo del arte se ha volcado en la juventud y en la mujer. ¿Qué pasa con los hombres de 70 años? (se ríe). Pues, no obstante, mi obra sigue funcionando.

Estás en contacto con las nuevas generaciones, ¿Cómo las ves?

Soy asesor artístico de la Fundación Juan José Castellano Comenge, que proyecta ahora un museo de arte moderno en Valencia. Esta responsabilidad me permite tener contacto con los nuevos talentos. Por nuestra Bienal pasa lo mejor que está haciendo ahora en pintura en Valencia. Y digo pintura por una cuestión práctica: falta espacio para albergar las instalaciones, por ejemplo.

¿En qué punto se encuentra el futuro museo de arte moderno?

Estamos en trámites. Si todo va bien, las obras comenzarán durante este mes. Se ubicará en un edificio del siglo XIV en el barrio del Carmen de Valencia.

Horacio Silva

“UN ARTISTA DEBE SER FIEL A SÍ MISMO”

¿Crees que Valencia está en un buen momento artístico?

Sin duda, aunque las redes sociales tienen un efecto que a mi juicio impide que la obra sea más personal. Es positivo porque todo el mundo puede ver lo que se está haciendo, pero la pieza tiene muchas influencias y eso le resta personalidad. En cualquier caso, hay artistas valencianos a los que vale la pena seguir. Vivimos en un momento de abstracción informalista, pero las habilidades hay que educarlas para después abstraer y olvidar lo aprendido. Se construye para después poder ser libre, aunque sin preparación previa estás vendido a la moda. Yo antes me negaba a decir que la pintura bebía de las modas o tendencias, ahora sí que lo creo, pero si sigues ciegamente las modas te desquicias. Un artista debe ser fiel a sí mismo. La moda hace que uno se despegue de sí mismo: si hay demasiada influencia externa, se corre ese riesgo. Hay cuatro o cinco artistas valencianos que están despuntando a nivel internacional; gente muy interesante trabajando en Valencia en estos momentos.

¿Cómo ha evolucionado el arte?

Siempre hay reminiscencias de lo anterior. Las actuales instalaciones ya las veía en los años 70 en Basilea. No hay nada nuevo bajo el sol. Estamos repitiendo lo que hemos visto, sobre todo cuando uno llega a cierta edad.

“CADA OBRA DEBE SER MEJOR QUE LA ANTERIOR Y ESA ES MI FILOSOFÍA DE TRABAJO”

Horacio Silva

¿Cuál es tu obra más especial? La que estoy haciendo en cada momento es siempre la más especial. Cada obra debe ser mejor que la anterior y esa es mi filosofía de trabajo. Hacer siempre el mejor cuadro. De vez en cuando, se genera ese punto en que dice, “este cuadro me lo quedo”. Si tuviera que resaltar algún cuadro, ahora mismo te diría el de mis propias manos, “Selfportrait”.

¿Sueñas con algún sitio dónde exponer?

La galería Hauser & Wirth, el New York Village… Los jóvenes viven en la frescura de la adolescencia, pero a determinada edad la cosa se complica. Por motivos de mercado, las galerías buscan gente joven. Yo he expuesto en Japón, en China, en colecciones privadas de Nueva York, y estoy satisfecho con el camino recorrido. Son otros los que ahora deben ocupar esos lugares. Estoy feliz de poder pintar, vender y que mis obras gusten.

Eres uno de los artistas más reconocidos de Valencia. ¿Qué significa para ti esta ciudad? ¿Qué te inspira?

La inspiración es un estado anímico. Vivo en una ciudad que me encanta. Probablemente podría haberme trasladado a Madrid o a Nueva York y las cosas habrían sido distintas, pero desde joven (cuando tenía mi estudio en la plaza de la Reina) he estado cómodo aquí y me ha dado pereza marcharme. Estuve en Suecia dos años y medio y eso me permitió aprender inglés, lo cual me ha aportado muchas facilidades, y me ha abierto puertas. Valencia es una de las ciudades más completas que conozco, por su clima, su horizontalidad, su mar… Es una maravilla y quienes vienen de fuera lo saben.

¿Qué crees que aporta el arte, en todos sus ámbitos, a la sociedad en general?

El arte no sirve para nada, pero es imprescindible. Nos genera estados de ánimo, emociones que te llegan en forma de texturas o colores. Sirve para emocionar, aunque también hay pintura con mensaje político, pero no es el caso de Rothko, Pollock o Frank Stella. Ellos transmiten mensajes emocionales.

“EL ARTE ES AQUELLO QUE PLASMAS, Y LUEGO DEJA DE SER TUYO PARA PERTENECER A LA GENTE”

¿Qué opinión tienes de las Fallas y del arte efímero?

Me gustan mucho las Fallas, aunque no soy especialmente fallero. Hay un modo de hacer fallas tradicionales al estilo de Walt Disney, un prototipo para la gente joven. Los artistas falleros son artesanos y como tal los disfruto. Llegué a ser jurado de Fallas en dos o tres ocasiones (se ríe). Las nuevas corrientes transformadoras del mundo de las Fallas en ocasiones olvidan que son monumentos destinados a prender, a quemarse. También observo que hay un prototipo de Falla moderna, pero si lo haces, sé original. El arte efímero siempre ha existido, desde las pinturas rupestres en las cuevas, que eran borradas a causa de las inclemencias meteorológicas. El arte es aquello que plasmas, y después entra en otra fase que ya no te pertenece, corresponde a otra gente y otras circunstancias.

Libro: Cualquiera de Kafka o Murakami.

Película: Sangre Fácil (me encantan los hermanos Cohen); Pulp Fiction o, en clave clásica, El maquinista de la General, con Buster Keaton.

Una corriente artística: Todas, pero especialmente el arte conceptual, el expresionismo abstracto y la primera época del hiperrealismo. Muchas de estas corrientes las he usado, visto o admirado y son todas válidas si están bien ejecutadas.

Un pintor valenciano: Un clásico, Sorolla. Y actuales, Nico Munuera y Keke Vilabelda.

Fotografía: María Selva (@almaestudiovisual)

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