En el mes de octubre reina la fiesta pagana más conocida del año: All’ Hallow’s Eve, la Víspera de Todos los Santos, o, popularmente, Halloween y Noche de Brujas, que se celebra el 31 de octubre. Una festividad de origen celta en la que se unían el final de la cosecha y del buen tiempo con el culto a las almas de los difuntos. Es una de las noches más esperadas del año y cada cultura la celebra la recibe de forma diferente.
Estados Unidos
Es la celebración más conocida y extendida en todo el mundo. Tan popular como su famosa calabaza, convertida en todo un icono de la cultura popular.
Es el momento en el que regresan los muertos de ultratumba y niños y adultos salen a aprovechar este momento por igual, muchos disfrazados por el vecindario en busca de dulces y caramelos: ¿truco o trato?
Además, es habitual decorar casas y barrios para recrear el espíritu de esta noche de brujas, junto a fiestas de disfraces, visitas a casas encantadas, bromas, películas e historias de terror.
Nepal
El país asiático rinde culto a sus difuntos durante el mes estival de Bhadra, entre agosto y septiembre. Gai Jatra significa, literalmente, ‘procesión de vacas’ y, aunque se festeja en Nepal y en otros países del mundo, es la comunidad Newar del valle de Kathmandú la que lo conmemora principalmente.
Esta festividad viene del hinduismo, donde la vaca es un animal s
agrado que guía en su viaje hacia el más allá a la persona fallecida. Durante este festival se hace una procesión en la que las vacas marchan por las calles. Según la tradición, cada familia que haya perdido a un ser querido durante el año debe participar en una procesión por las calles de Kathmandú con una res.
Actualmente, las calles se llenan de color, música, flores y con cabida para todo tipo de actividades y expresiones de arte. En ella, las familias construyen una vaca de bambú por cada familiar perdido y se decoran con toda clase de coloridas telas, artilugios y retratos de los difuntos.
Irlanda
Los antiguos pueblos celtas solían celebrar el Samhain para conmemorar el final de la cosecha. Esta festividad representaba el momento en el que se comenzaban a almacenar los excedentes y se sacrificaban ganado para el frío invierno. Durante esos días, se creía que las ánimas volvían al mundo de los mortales. Así, se encendían grandes hogueras; y se colocaban hongos venenosos y figuras siniestras para ahuyentar a los malos espíritus. Además, las casas se decoraban con flores de la estación, hojas de roble secas y salvia. También era costumbre preparar melones con forma de calavera.
Hoy, la celebración es similar: en ella los disfraces y las hogueras son los protagonistas de la noche, los niños callejean en busca de dulces y los vecindarios se plagan de calabazas talladas. Uno de los platos típicos que se preparan es un pan dulce con pasas llamado Barmbrack, en el que se esconden varios objetos dentro como un guisante, un anillo, un trozo de tela, una moneda o un palo, portadores de un tipo de suerte diferente para quien lo encuentre. La bebida típica de esa noche es la Lamb’s woos, a base de leche, manzanas asadas y cerveza.
México
La celebración del Día de los Muertos es una de las tradiciones más representativas de la cultura mexicana, que se lleva a cabo durante dos días seguidos (el 1 de noviembre, dedicado al alma de los niños, y el 2 de noviembre, a la de los adultos). Tiene su origen en el sincretismo de las culturas prehispánicas y europeas. Y es que los indígenas aceptaban la muerte como parte de la vida y, en consecuencia, le rendían culto.
Actualmente, son característicos los altares que decoran las casas con la intención de honrar a los fallecidos: se adornan con todo tipo de ofrendas como fotografías, flores, velas, su comida y bebida favorita, calaveritas de dulce, o juguetes. La finalidad no es otra que hacer regresar el alma de los seres queridos durante unos días.
Las calles de México se llenan de caras decoradas con coloridas calaveras como la de la famosa Catrina, quien porta una dama de la alta sociedad como muestra de que la muerte es democrática y está presente en todos los estratos sociales.
Otra parte muy importante de esta tradición es la de visitar los cementerios, ya sea de día o de noche.
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