Izal

Izal se despide en Valencia

autor-noticia-icon

COMPARTIR

Izal se ha convertido en un fenómeno de masas, aunque quizá no es el adjetivo más adecuado para definir a este grupo que nació hace ya una década en un garaje de Madrid. Con sus acordes y originales golpes de guitarra, los cinco componentes del conjunto hicieron su aparición en una escena indie que no paraba de crecer. Y prendieron a un público que coreaba aquel Que bien saboreando las letras de la novedad, y llenando esos escenarios que un día les vieron crecer. Cuatro discos a sus espaldas y un sinfín de temas memorables que sacan las lágrimas de cualquiera que les ha visto llenar de energía un estadio entero.

Izal bailó en Valencia “su último baile”, para iniciar una “despedida” provocando esa “pequeña gran revolución” en cada uno de nosotros. Sin ningún “pánico práctico”, afirman que el “hogar” es lo que ahora anhelan. Con la “inercia” propia de la vida, seguirán regalándonos esa “magia y efectos especiales” que siempre provocaron sus letras para hablar de todos esos “asuntos delicados” que nosotros no sabemos expresar. Buen viaje y “que bien” que os vimos crecer.

¿Qué se siente al estar a punto de vivir vuestro ultimo baile?

ALE: Vértigo, nostalgia, pena, emoción. Entramos en la recta final y cuesta gestionar tantos sentimientos. Es una montaña rusa que te hace sentir muy vivo.

¿Qué habéis vivido en estos últimos conciertos?

ALE: Al ser todo tan intenso, lo que recibimos fue precisamente eso una intensidad muy bonita e inolvidable que quedará para siempre. Algo que nos ha hecho crecer muchísimo a todos los niveles.

¿Creéis que Valencia es un buen sitio para una despedida?

ALE: Valencia siempre nos ha dado muchísimo amor. Es un lugar donde siempre nos sentimos como en casa. Tenemos mucho que agradecer a esta bonita ciudad.

¿Qué destacaríais de estos 12 años juntos? ¿Os imaginabais llegar hasta aquí?

ALE: Nunca imaginamos llegar hasta donde hemos llegado. Destacaríamos el vínculo que existe entre nosotros. La cantidad de anécdotas y experiencias que no somos capaces de recordar, los bonitos regalos que nos ha dado lo que consideramos el mejor trabajo del mundo.

Siempre habéis defendido que es muy importante tener los pies en el suelo y no olvidar de dónde venís, ¿Es difícil no volverse “loco” con la fama, y el estilo de vida que habéis llevado estos años?

ALE: Es difícil pero no imposible. Implica un nivel de dedicación importante y muchas luchas internas. Es crucial no olvidar quién eres y quién has sido siempre. Y hacia dónde quieres ir.

¿Alguien está preparado para que, de repente, tu vida importe a tanta gente?

MIKEL: Lo mas sano es no reflexionar demasiado sobre ello. Todo es muy relativo, al final solo hacemos canciones y las tocamos delante de gente. Esa es la realidad. Cada persona tiene diferentes talentos y ninguno es más importante que otro. el nuestro tiene más visibilidad social, pero no creo que más mérito que cualquier otro.

¿Creéis que, como grupo, os ha faltado algo por hacer?

MIKEL: Creemos que nos hubiera gustado dar un salto mayor aún al otro lado del charco. México siempre nos dio mucho cariño pero no tuvimos el tiempo ni quizás la energía suficiente para intentar que esa aventura transoceánica fuera más grande. España nos ha exigido la mayor parte de nuestro tiempo. La misma espinita nos queda con Colombia, Argentina, Chile…

¿Sentís que tenéis más presión ahora que en vuestros primeros discos y giras?

ALE: Desde luego, y por suerte, hay más miradas apuntando a lo que haces. Eso es muy bonito y a la vez sí ejerce más presión sobre tu trabajo. Pero trabajar en no perder la esencia te mantiene en el camino para que esa presión no te coaccione.

Al principio, ¿Qué referentes tuvisteis?

ALE: Por suerte, cada uno venía de una rama muy distinta y los referentes eran bastante variopintos. Desde Standstill hasta Queen pasando por Extremoduro. Una miscelánea que hizo que nos enriqueciéramos los unos de los otros.

¿Anécdotas confesables?

ALE: Por suerte tantas que las olvidamos cuando nos las preguntan. Surgen en momentos de camerino, horas de carretera o en encuentros con otros músicos. Pero pocas veces cuando nos las preguntan. Os habéis despedido con “Hogar”, el que afirmáis que es vuestro mejor disco.

¿Es lo que buscáis ahora, el calor del hogar?

ALE: El disco nació en un momento en el que el hogar jugaba un papel muy importante. Es probable que influyera a la hora de decantarnos por lo que cada uno consideramos nuestro hogar. Y ahora más que nunca nos resguardamos en él.

¿De que canción os sentís más orgulloso? ¿Y alguna de la que renegueis o hayáis terminado “odiando”?

ALE: Cada canción más amas de una forma. Con algunas conectas más, otras sientes que quizá podría representarte modificando cosas porque ya tiene mucho tiempo. Pero ninguna la llegas a odiar. Es algo muy personal y cada uno respondería una. Pero son hijitos y siempre lo serán.

Y ¿ahora qué? ¿Qué va a pasar a partir de ahora?

MIKEL: Intentaremos ser felices, cada uno a su manera, desde la inquietud artística que siempre hemos tenido.

TAGS

COMPARTIR