Javier Alandes
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Javier Alandes: «No sabemos que estará pasando hoy en los museos de Ucrania»

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El economista y escritor Javier Alandes es una persona inquieta a la que enamora una buena historia. Tiene la capacidad de crear personajes y entremezclarlos sabiamente en episodios históricos, llevando al lector a una especie de máquina del tiempo para vivir momentos únicos.

Su última novela, Los Guardianes del Prado, que atrapa desde las primeras páginas, es un viaje trepidante a través de una Valencia que salvó parte de las grandes obras maestras de nuestro país, como Velázquez, Goya y Tiziano. Una historia de aventuras, donde los protagonistas arriesgan sus vidas para preservar nuestro legado artístico.

Hello Valencia pudo conocer de primera mano los escenarios principales de la novela, explicados por el propio escritor.

¿Cómo comienza toda esta historia, Javier?

Todo comienza cuando en 1980 un periodista en horas bajas le encargan un reportaje sobre un empresario valenciano y, mientras se documenta, descubre un complot en el año 1936 con el cuadro de Las Meninas, mientras estaba alojado en Valencia.

Claro, porque aquí vinieron algunos de los cuadros más importantes del Museo del Prado ¿no?

Si, cuadros tan importantes como los de Goya, Velazquez o Tiziano. Casi 600 obras se resguardan en Valencia, en concreto en la Iglesia del Patriarca y las Torres de Serrano, para protegerlos de la guerra, ya que estaba bastante alejada de la batalla, y parecía la ciudad perfecta para preservar obras de arte. Algunos historiadores afirman que era también por llamar la atención de la comunidad internacional sobre lo que estaba pasando en España. A partir de este hecho, yo planteo ¿qué ocurriría si el ejercito nacional hubiera solicitado ayuda a Alemania y Hitler le hubiera exigido Las Meninas para ello? Ese es el conflicto principal de la novela. Un complot para robar las Meninas y entregarlas a los nazis para que estos envíen al ejercito terrestre que termine con la guerra civil de un plumazo. Es una novela de personajes cuya ambición les lleva a hacer cualquier cosa y de personajes cuya profesión y personalidad les impide mirar hacia otro lado deciden hacer lo correcto pese a que sus vidas estén en juego.

¿Y los cuadros no corrían ningún peligro aquí?

Bueno, el riesgo era evidente. De hecho algún cuadro pudo sufrir daños en los traslados, pero lo cierto es que se preservaron muy bien en las cajas con una numeración secreta para que nadie supiera donde se encontraba cada uno de los cuadros. El embalaje debía ser perfecto que los protegiera de forma que si había un bombardeo y cayeran cascotes sobre los cuadros. Así que los embalaron con paja del arroz, que era un material ligero que no pesaba y resistente para su protección.

¿Cuáles son los escenarios principales de la novela?

Los escenarios más destacados son las Torres de Serrano, donde se resguardan muchos de los cuadros, o la Iglesia del Patriarca, donde estuvieron Las Meninas, y donde se intenta perpetuar el robo de las mismas. Pero también, por ejemplo, adquiere mucha importancia la Plaza de la Virgen , puesto que está a mitad camino entre los dos lugares. Y, además, es la puerta de entrada al Barrio del Carmen donde se encuentra el hostal Milan que tiene mucho protagonismo en la historia.

¿Cómo surge escribir esta novela?

Yo he crecido leyendo novelas de aventuras donde hay ambición, poder, venganza, celos, misterio, amor, muerte y es el tipo de historias que me gusta reflejar pero siempre englobadas en un contexto histórico que ha de ser fiel a la realidad. Con lo que el proceso de documentación es fundamental: fechas, hechos…. Todo ha de responder a la realidad. A raíz de ahí aparece la historia de ficción, que ha de ser verosímil, pero es ficción.

¿El mundo hubiese sido distinto de haber pasado lo que planteas?

Claro. Yo lo que ficciono es que hubiera pasado si el arte se hubiera usado como moneda de cambio para lograr ciertos apoyos, como ha sucedido en otras ocasiones. Es decir, si por ejemplo en el 36 los soldados alemanes se hubieran instalado en España, el mundo sería totalmente distinto. Por eso el leitmotiv del libro es “si salvas Las Meninas salvas el mundo”.

¿Crees que en la actualidad podría pasar que se usara el arte como esa moneda de cambio?

Pues cuando hay un conflicto, el arte es importante. Por ejemplo, no sabemos que estará pasando hoy en los museos de Ucrania. ¿Se usará el arte como moneda de cambio? Ahora no lo sabemos. Y no se si lo descubriremos algún día. Pero podría estar pasando.

¿En que te has basado para crear a los personajes?

Los personajes reales son reales, es decir, existieron. Y los de ficción pues los he ido modelando con las muchas historias que tenemos todos dentro, que hemos conocido, oído, leído… porque, por ejemplo ¿a quien no le ha marcado Daniel Sempere, el protagonista de La sombra del viento? Todos acumulamos personajes en nuestro interior y cuando planteas una historia, afloran.

¿Crees que Los Guardianes del Prado se podría convertir en una película?

A mi como autor me encantaría ¿dónde hay que firmar? Yo quiero que se conozca esta parte de la historia, y sería increíble que pudiera llegar a cuanta más gente mejor. Creo que los autores tenemos la obligación de mantener ese legado. Además, Valencia es un lugar muy atractivo para plantear historias por su modernidad mezclada con ese patrimonio artístico.

¿Te planteas segunda parte, precuela o spinof de algún personaje?

Escribir tiene algo que engancha. Ya que la idea de crear una historia infinita, de decidir cual de esas historias merecen ser contadas es algo que atrapa. Hay personajes en la novela que podrían tener una precuela o un spinof, pero habría que decidir si merece la pena ser contada.

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