La Valencia de… Toni Gaspar

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President de la Diputació de València desde 2018 y alcalde de Faura desde 2003, Toni Gaspar es un hombre de moda y ha puesto de moda la Dipu. Tanto por su estilo de vida, su manera de vestir y de expresarse, es un personaje político en toda regla.

Licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universitat de València en 1997, en la especialidad de Economía Pública, ha cursado el programa IESE Business School en Liderazgo para la Gestión Pública. 

Antoni Francesc Gaspar Ramos (Faura, 1973), Toni Gaspar, es un político socialista que habla de su lifestyle con tal facilidad que sus manifestaciones gustan tanto a propios como a extraños. Le encanta correr, hace una tarta de queso de premio, ve las series en su portátil, de viaje fácil y no tiene Facebook ni Twitter.

En julio cumple cuatro años al frente de la Diputació, donde su apuesta por la cultura y la interacción con los alcaldes de la provincia elevan su perfil público a un must comunicacional.

Señor Gaspar, ¿un político del S. XXI nace o se hace?

Se desespera, principalmente, viendo como viene el siglo… Un político del siglo XXI debe saber gestionar las circunstancias tan diferentes y atípicas con la que nos enfrentamos, motivadas sobre todo por una revolución digital que lo ha acelerado todo, para bien y para mal.

De la Caja de Ahorros a la alcaldía de Faura y a presidir la Dipu de València… ¿El cielo puede esperar?

Y mucho. Aunque haya días que piense que me lo he ganado, soy joven para pensar en descansos celestiales.

 

¿Qué le hubiera gustado hacer que aún no ha hecho?

La vida contemplativa la tengo pendiente. Lo del libro también. Lo de subir en globo también. Vamos, que me quedan muchos tópicos y otras cosas que no necesariamente deben publicarse

¿La diferencia entre lo público y lo privado?

Mi obsesión es llevar parte de la cultura de lo privado a las administraciones públicas. Es difícil cuando se nos trata a los representantes de lo público como presuntos delincuentes, pero hay que acabar con el exceso de burocracia o con la falta de iniciativas en el ámbito público. Conceptos como la creatividad, el talento o el riesgo debe empapar las instituciones públicas.

¿La Diputación es un gran hub de hermanos?

No sé si me quiere decir que hay mucho enchufado… Realmente lo veo más como un generador, que trata de llevar autonomía allá donde no la tienen. Mira que han dicho cosas de la Diputación, pero lo de ‘hub de hermanos’ es un concepto nuevo…

¿Un personaje público debe suscitar interés? ¿Quién le interesa a usted?

Más que suscitar interés un personaje público debería ser interesante por sus ideas, su gestión, sus iniciativas. Vivimos en la economía de la atención y mucho personaje público se obsesiona con llamar la atención. De ahí que abunden las sandeces, las fricadas y el ruido en el escenario público. Yo no soy nada mitómano, pero cada vez valoro más quien no necesita hacer el imbécil para ganar notoriedad.

Cómo ve la capital de València, ¿qué diferencias sustantivas hay entre el norte y el sur? ¿Y entre el este y el oeste?

Yo la veo con un potencial enorme. Pero enorme a gran escala. Suelo referirme a Valencia como la ciudad mundial de la felicidad, porque engloba mucho talento y creatividad en muchísimos sectores, que sabemos exportar y que como ha pasado en toda la historia no valoramos suficientemente en casa. Creo que eso debe empezar a cambiar, y que el talento se vea como proyecto de ciudad y en la personalidad de sus vecinos y vecinas con orgullo, principalmente.

En sus redes potencia mucho el lenguaje de la moda, ¿es así o me lo parece?

Sinceramente no potencio nada. Me desapunté de Facebook y Twitter porque no me veía identificado con ese territorio. Mi Instagram es un campo donde pongo lo que considero, de manera agradable, sin chillar, sin replicar, contra nadie, en tono sosegado. Lo del lenguaje de la moda no es intencionado. Igual estamos mal acostumbrados a que el lenguaje de un político debe ser gris y subido de decibelios.

Si su vida fuera una serie de tv, ¿a cuál se parecería más?

Me gustaría que fuera los Bridgerton, pero de momento no se parece. Mi vida sería una mezcla entre una infancia feliz postfranquista con dosis política desde los veintitantos. Sería entre Cuéntame y Borgen, con aspiraciones a llegar a un The Crown o DowntonAbbey cuando sea mayor.

Si pudiera poner música a su vida… hágame una playlist.

Un variadito. Según el momento del día. Podría empezar con algo de clásica, activarme con Rigoberta Bandini y bajar revoluciones con Jonatan Penalba. Vamos, que en la música soy diverso, plural y tolerante como en la vida.

Para cuando se terminen los conflictos, ¿un destino y una compañía soñados?

Mejor no esperar hasta que no haya ningún conflicto. En mi legislatura he tenido Gloria, Filomena, pandemia, incendios, danas… Sueño simplemente con poder tener un destino.

¿Qué proyectos provinciales anhela poner en marcha?

Hemos hecho mucha gestión para que la Diputación se vea como una institución más moderna y cercana a los municipios, sin boato, que fomenta la autonomía de los pueblos y pone todos sus recursos a su disposición de manera rápida. Queda mucho por hacer, pero poner en marcha a toda la institución en la dirección que queríamos no ha sido una tarea ni fácil ni rápida. Algo se empieza a notar cuando nos lo agradecen alcaldes y alcaldesas de todos los colores.

Dejamos a Toni Gaspar con su más que encomiable tarea y le animamos a que la institución que preside se parezca cada día más a lo que sueña, porque sus sueños se pueden convertir en realidad, y esa realidad nos favorece a todo el pueblo valenciano.

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