Reflexivo. Positivo. Y con ganas de mostrar al mundo su lado más vulnerable. Jorge Martín, alma de Maldita Nerea, se considera un explorador de emociones. Sus estudios de terapeuta le ayudan a entender las emociones de una forma inhata para llevarlas a sus temas más famosos. Admirador de los grandes poetas y letristas de nuestro país, desea que sus canciones se extrapolen a los conciertos y discos para quedar marcadas en el interior de las personas y que la música ayude a crear una educación diferente. Cauto pero atrevido en su evolución, posee uno de los secretos mejor guardados. El de las tortugas.
El 17 de julio vinisteis a Valencia ¿qué vio el público en ese concierto?
Fue un reencuentro porque iniciabamos de nuevo la gira que dejamos en 2020, que era presentando nuestro último disco “Un planeta llamado nosotros”. Así que para nosotros fue un reencuentro no solo con la ciudad de Valencia, que además es una ciudad que queremos mucho, sino con nuestro público y entre nosotros. Fue como quedar con alguien al que hacía mucho que no veíamos. Y fue muy emocionante.
Bueno, y al ser murcianos, tenéis mucha vinculación con Valencia. ¿Os tratamos bien?
Si, hay como una relación muy lógica por cercanía. Pero es que además es una ciudad muy parecida a Murcia, por la luz, el estilo de vida, la alimentación… parece una tontería pero todos esos factores influyen mucho. Además hay una cosa que me parece muy chula en Valencia y es la creatividad. Y eso se ve en muchos sectores culturales, musicales, o artísticos. Como por ejemplo, en las fallas. Esa manera de contar las cosas tan colorida y con esa ironía inteligente. Y esa parte Murcia también lo tiene.
Si, de hecho Murcia es cuna de muchos grupos musicales.
Es cierto que han nacido y nacen hoy en día muchos grupos de música, como Arde Bogotá, M-Clan, Viva Suecia, Funambulista, Varry Brava o Second, entre otros. Y no solo es que hayn triunfado, sino que se han mantenido, que es lo complicado.
Vinisteis a Valencia en el marco del Ciutat Festival by CaixaBank, y últimamente parece que hay cada vez más festivales. ¿Es porque la gente necesita cada vez más la música?
Nuestro país es una gran cantera de artistas que se hacen internacionales también. Y eso unido a la necesidad emocional de salir, de disfrutar, de vivir los directos para un poco superar todas las cosas que han pasado, algunas naturales, pero otras absolutamente kafkianas, creo que también ha influido en que haya crecido el número de festivales. Aunque en mi opinión casi hay demasiada oferta.
¿Estáis haciendo muchos conciertos en esta gira?
No, el de Valencia fue uno de los poquitos que estamos haciendo, porque ya estamos a punto de sacar el nuevo disco y ahí si que queremos hacer una buena gira.
Para muchos de nosotros, además, habéis formado parte de nuestra adolescencia y aquel Secreto de las tortugas en casi un himno. ¿qué se siente al formar parte de la historia de tanta gente?
Bueno, es maravilloso (se ríe). El Secreto de las Tortugas es una canción muy especial. No solo por lo que cuenta, sino porque mi carrera profesional dio un giro gracias a ella. Una canción con tanto texto y que sea tan profundo, y que la veamos siempre tan coreada y cantada en ambientes normalmente festivos por público joven para mi es el secreto. Seguir atrayendo a ese público es el objetivo. Nos encanta que la generación que nos vio nacer continúe estando ahí. Pero renovarnos y atraer a la generación siguiente es lo complicado.
Si, y a la vez mantener la esencia del grupo ¿no? Porque sino suena como a mentira, y dejas de conectar con y tu público más fiel.
Claro, porque a menudo cometemos el error de vendernos y pensar que la actualización está en la moda, y no es así. Es un referente pero no lo es todo. Al final no podemos fingir, y si no somos reales, acaban por dejarnos. De hecho mi obsesión con el disco anterior era precisamente ese. Conectar con ese público que viera algo nuevo pero con nuestra esencia.
¿Como crees que habéis evolucionado como grupo en estos 20 años de trayectoria?
Al final esa evolución del grupo es un reflejo de la evolución personal y existencial. Porque aunque hables de los mismo temas, lo haces de forma diferente. Y los intereses que teníamos hace 20 años no son los mismo que los que tenemos ahora. Y ahora hablamos más de plenitud, antes que de falta, de las sonrisas, del si, antes que del no. Lo que pasa es que al final nos sentimos más identificados con los dolores, pero para mi la vida es un si. Es un camino menos comercial y más difícil pero es nuestra esencia.
Si, debe ser un viaje difícil mantenerse actualmente, con todas las plataformas que existen hoy en día.
Si, porque antes era la radio, pero es que ahora si la gente no te pone en su teléfono no existes. Es difícil, pero también es maravilloso. Porque me obliga a estudiar, a evolucionar y a retarme.
¿Has pensado en abandonar alguna vez?
Abandonar no, porque sería como abandonarme a mi mismo. Pero a veces se hace muy duro, claro, y dudas. Pero lo considero un proceso natural, y de hecho de esa duda surge el avance de una persona y es parte del proceso creativo. Luego ayuda el equipo que tengo a mi lado que nos levantamos entre todos. Eso también es muy de Murcia y Valencia. Tirar adelante.
¿Como vivís ese proceso creativo que estas comentando?
Va fluyendo bastante. Tenemos ciertos tips, pero va cambiando. En el último disco, por ejemplo, empecé a notar que estaba cayendo en los mismo, y comencé un proceso de meditación vinculada a eliminar ese yo chungo, y dejar más mi esencia pura. Y eso se notó en el resultado final. Además intenté desarrollar más mi lado poético.
Claro, y además el hecho de ser terapeuta y trabajar las emociones te ayudará a la hora de componer ¿no?
Si, sobre todo la parte de la historia de cada uno y de donde vienen esas emociones para poder bajarlas a tierra y plasmarlas en una canción. Esto se entiende mucho con los deportistas. Todo el mundo entiende que han de entrenar, y nosotros en cierto modo también. Y además, compaginar todo eso con tu vida personal que, al menos yo, me niego a perder.
Bueno, y conseguís llenar estadios como el Wizink Center de Madrid. ¿Qué se siente?
Es magia. Sigo sin encontrarle explicación, y desde luego pienso que tengo mucha suerte. Y deseo que siga pasando.
Después de tantos años, seguís siendo un referente para muchos. ¿Recuerdas cuáles fueron los vuestros cuando empezabais?
Yo al final crecí escuchando grupos de la Movida. Grandes compositores como Antonio Vega, Sabina o Enrique Urquijo. Grandes letristas y poetas de aquella época que, al escucharlas, te provocan sensaciones. Como las grandes canciones de Calamaro, por ejemplo, o Fito.
¿Y de ellos te ha influido el viaje interior que hacen, y que haces tu también?
Bueno, yo decidí hace tiempo meterme en el caparazón para sacarlo todo después. Porque creo que del lado vulnerable hay siempre más fortaleza. Esconder tu vulnerabilidad jamás te hará más fuerte.
Que es una frase que metes en tu libro “Bailarina, una estrella abriendo camino”. ¿Te gustaría escribir otro?
Bueno, ahí es donde se me ven a mi las costuras. Y si, me encantaría. Pero creo que me llevará tiempo, porque le tengo mucho respeto a esa profesión. Y además ahora estoy con varios proyectos que también me completan mucho.
¿Qué proyectos son esos?
Pues estoy muy metido en el mundo de la educación. El hecho de ser músico te da un altavoz y puedes revindicar ciertas cosas, como en el mundo educativo. Estoy en la fundación Promete, que está desarrollando modelos para implementar una educación más natural, y más efectiva para el ser humano. Y voy a iniciar un proyecto de música vinculada a la educación, y a continuar con las conferencias educativas.
Y el nuevo disco. ¿Cuándo podremos escuchar algo?
En septiembre saldrá el nuevo single “La increíble historia entre tu y yo”, que me ha costado un poquito, pero con mucha ilusión. (se rie)
