¡Se abre la veda!: temporada de premios

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Varios factores determinan el inicio del año, no obstante, uno de ellos brilla con espacial intensidad si tu afición es el cine: la época de certámenes. Es cierto que estos grandes eventos representaban un mayor reclamo en tiempos pasados y que elementos tales como la pandemia (elemento que por desgracia aparece mucho en estos artículos, dada su incidencia en el mundo del séptimo arte), los rumores maliciosos o confirmados acerca de entrega de galardones amañados, las cuotas de diversidad, etc. A pesar de todos estos obstáculos, los premios siguen reuniendo a un considerable número de adeptos que viven, como si de un partido de fútbol se tratase, la entrega de premios en directo. Confieso que soy uno de aquellos que guarda la tradición de forma rigurosa. Para más inri, no me conformo con los certámenes nacionales, como los Goya, ni tan siquiera con aquellos internacionales de países que viven en nuestros mismos usos horarios. Mi caso es grave, ya que soy uno de esos individuos que no duerme las noches en que tiene lugar la ceremonia de los Oscar, solo para poder ver en directo la sucesión de acontecimientos, espectáculos y gags que la gala nos ofrece, y como no, también para ser el primero en conocer a los ganadores de la preciada estatuilla dorada. He de reconocer que disfrutaba más cuando la ceremonia de los Oscar contaba con presentador, cuya tradición se vio interrumpida por una polémica generada por el actor designado como presentador, Kevin Hart, a cuenta de unos antiguos comentarios en la red social Twitter. Este año, por primera vez desde 2018, podremos disfrutar de un maestro de ceremonias. Admito que en mi caso es un motivo más para hacer el sacrificio de ir a trabajar el lunes 28 de marzo casi sin horas de sueño en el cuerpo.

Al margen de todo esto, debemos señalar otro hito, la celebración de nuestros premios de la academia de cine que se otorgaron en Valencia el pasado 12 de febrero. Como es habitual, dejaron momentos entretenidos y otros no tanto. Aportaron algo nuevo, el premio a la mejor actriz internacional (en mi opinión, lo más reseñable de esta edición), entregado en esta primera ocasión a la maravillosa Cate Blanchett. Las películas más galardonadas, por otro lado, fueron las que todos esperábamos:“ El buen patrón” y “Maixabel”. No obstante, en términos generales y pese a algún buen momento, la gala fue rutinaria y algo carente de elementos distintivos.

Por suerte, aún queda año de galardones y podemos esperar ansiosos para comprobar si este año los Oscar consiguen despertar ilusiones olvidadas, que en otro tiempo tan asociadas estaban a este tipo de entretenimiento. Aprovechando mi querencia por la gala, prometo dedicar al menos unas líneas que informen de mis percepciones. 

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