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Valeria Vegas: “Las actrices de reparto son fundamentales, pero parecen no existir en los galardones”

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Valeria Vegas, escritora valenciana, presenta su primera novela La mejor actriz de reparto, la historia de una actriz en horas bajas.

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Valeria Vegas creció entre páginas de revistas donde imaginaba la vida de las estrellas del cine y las famosas del momento. Su encuentro con la Veneno, a quien ya admiraba, cambiaría su vida, tras la autobiografía Ni puta ni santa, que los Javis llevaron con enorme éxito a la pequeña pantalla, se convertiría en un referente cultural para entender el presente de nuestro país. Periodista, documentalista, escritora y comunicadora, ha publicado varios libros, dirigido documentales y colaboradora habitual en diferentes medios como Vanity Fair, Jot Down, Lectura, Canal Sur, Telecinco o Antena 3. Esta valenciana, enamorada en Sevilla y adoptada de Madrid, presenta ahora su primera novela La mejor actriz de reparto, la historia de una actriz en horas bajas.

No es tu primer libro, pero sí tu primera novela, ¿por qué ese salto ahora y de que va La mejor actriz de reparto?

Sabía que algún día me lanzaría a la ficción, pero no sabía “cuándo”. Tenía la historia que quería contar, pero no la constancia para escribirla, y la editorial me animó a ello. Cuenta el vínculo de amistad que se crea entre una asistenta del hogar y la actriz para la que trabaja, que lleva años anclada en un retiro involuntario.

Protagonizada por mujeres y actrices, temas fetiche para ti, ¿qué más de tus obsesiones nos podemos encontrar?

¡Hay unas cuantas obsesiones! Desde un videoclub hasta el cambio de milenio, pues la historia transcurre a finales de 1999. Y también el ocaso, esa recreación a lo Norma Desmond en El Crepúsculo de los dioses.

¿En qué te inspiraste para escribirla? ¿Cuáles han sido tus referentes?

El germen fue una breve noticia de cuando falleció Gracita Morales, la cómica por excelencia de los años 60, y que había tenido un final desolador. Se filtró que AISGE le había puesto una asistenta y eso me sirvió para desarrollar toda una historia. La novela también cuenta en primera persona a las otras olvidadas que nunca estarán en el foco mediático… Sí, todas esas actrices secundarias o de reparto, que salvan secuencias enteras y son fundamentales para el protagonista, pero que luego parecen no existir para los méritos y galardones.

¿Crees que la profesión de actriz ha sido algo ingrata para determinadas mujeres de este país?

Mucho. Se intuye fácilmente que es un oficio de fondo, al que te entregas sin saber si un día las modas o la propia industria te dará de lado. En ese sentido ellas pagan un precio mayor frente al paso del tiempo. Y es evidente que los actores disfrutan de una mejor reputación y carrera prolongada que las actrices.

¿Soñaste alguna vez que tú saldrías en aquellas revistas que coleccionabas?

Jamás lo imaginé. Lo podía desear, pero no creerlo. Además, soy poco ambiciosa, porque si no, lo hubiese provocado para que así ocurriese hace más de diez años.

Al igual que muchas de tus admiradas divas ¿te da miedo caer en el olvido?

No me da excesivo miedo. Me lo planteo mucho porque soy consciente de ello y he llegado a la conclusión de que pase lo que pase mañana, ya habré disfrutado de algo bonito y me quedaré con eso. Y tampoco he alcanzado un éxito estratosférico como para que la caída sea dolorosa.

De todo ese universo divas ¿con cuál te quedas y por qué?

Me sería imposible quedarme con una. Pero la primera que impactó en mi vida, y sigue estando, es Alaska. Por su educación, su cultura, su música y hasta su estética. E iría sumando otras muchas como Sara Montiel, Pamela Anderson. Goldie Hawn o Susana Estrada.

Con tus memorias de la Veneno, libro que autopublicaste, podemos decir que das el salto a la primera línea mediática, consolidado posteriormente con la serie de las Javis. Cuéntanos como fue toda esa experiencia.

La serie se estrenó en pleno confinamiento y fue una sensación tan bonita que es difícil de explicar. Lo viví muy feliz, contenta del trabajo bien hecho y sin imaginar que se iba a convertir en semejante éxito.  Nadiuska se puede considerar otro fenómeno social de los 70, una mujer que rompió moldes y ahora está en el olvido. Un documental sobre ella es tu próximo proyecto

¿Cuánto de necesario es rescatar esa memoria y homenajearlas como se merecen?

Nadiuska es otra de mis pasiones u obsesiones, según se vea. A través de este documental, que se estrenará en breve en A3player, quería reivindicar que fue más que una actriz, fue todo un fenómeno social, y aceptar que la industria y la sociedad le debe una disculpa.

¿Crees que te estas convirtiendo en una especie de referente cultural gracias a tu conocimiento enciclopédico de la historia, mujeres, actrices y faranduleo patrio?

Pues debe de ser un poco así. Fui más consciente de ello el año pasado, cuando de pronto me invitaban de un programa de cine de la 2, y a la vez para entrevistar a Lola Herrera en el Sálvame Deluxe. Es una mezcla extraña que en mi caso es compatible.

¿Y en la cultura LGTBIQ+?

También. En ese caso porque vivo la etiqueta y la defiendo. Por la parte que me toca es algo muy circunstancial, pero a la vez, aunque no fuese una persona LGBT, me interesaría por esa parte de la historia.

Si no te dedicaras al periodismo y la comunicación ¿Qué te habría gustado ser?

Me hubiera encantado dedicarme a algo referente al cuidado de los animales, desde un lado pedagógico o incluso humanitario. A lo mejor si un día todo va mal, podría volcarme en ello.


Texto: Alfredo Giménez

Fotografía: Mista Estudio

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