Andy Warhol

Para poner en jaque al zapping

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Resulta interesante recurrir a distintas obras de consulta y contrastar la relevancia que éstas le dan a puntuales personajes en tiempo de coexistencia. Por poner un ejemplo, todo lo que dice el diccionario enciclopédico ilustrado Alfa de 1990, de entre 1.248 páginas, 16,5 millones de caracteres y 59.000 entradas, es lo siguiente: Warhol, Andy (1930-1987). Pintor y cineasta estadoun., adscrito al movimiento del Pop-Art. Reproduce en sus obras envases de productos comerciales, papel, moneda, etc. 

¿Curioso, verdad? Cierto es que la evolución de popularidad de un artista suele multiplicarse después de su fallecimiento, y especialmente si se produce en circunstancias “especiales” como es el caso de  Andrew Warhola – su verdadero nombre- que nació en Pittsburg el 6 de agosto de 1928 en el seno de una familia de inmigrantes eslovacos, y desde muy pequeño, enfermizo y sensible, primero en casa y después en su “cole”, apuntó excelentes dotes creativas. Vamos a intentar resumir su esencia como aperitivo a la muestra que alberga el Ateneo de València.

Andy Warhol

Andy se graduó en la Schenley High School en 1945, y ganó el premio Scholastic Art and Writing, que reconocía a jóvenes talentos en el campo del arte y la narrativa lo que le hizo pensar en estudiar educación artística en la Universidad de Pittsburgh para ser docente pero finalmente se matriculó en la Carnegie Mellon University, donde estudiaría Arte Comercial. Aquí, Warhol se unió a los grupos artísticos, Modern Dance Club y la Beaux Arts Society, y fue director artístico de una revista de arte estudiantil llamada Cano.

Después se traslada a Nueva York, donde se desarrollará como creador publicitario en grandes revistas como Vogue, Glamour,  o The New Yorker, colaboraciones que le darán la notoriedad y prestigio suficiente para fundar su estudio de creación: The Factory, lugar que se convertirá en punto de encuentro de los artistas más experimentales y críticos del Nueva York del momento. De hecho, el Pop-Art, (arte popular o cultura de masas) tan vinculado a Warhol y The factory encuentra sus raíces en Dadá y la idea de unir arte y vida y de anular la separación abismal que existe entre la vida cotidiana de las personas y el arte, que se “vende” como algo privilegiado para las élites. En este terreno se aprecian las aportaciones del collage o la fotografía, por ejemplo, pero el Pop-Art también se alimenta de artistas como Marcel Duchamp, para quien –recordemos- lo importante no es la materialización o creación de la obra de arte, sino la elección del objeto por su propio valor artístico, aislar la esencia artística de cualquier elemento y mostrarla en el entorno deseado.

Ya es reconocido de norte a sur de los EEUU, cuando Warhol decide hacer un viaje por el mundo que parece abrirle nuevas vías de expresión que deriva en sus obras más famosas, lo que para muchos es la etapa plenamente Pop,  (abreviatura de la expresión Pop-Art) piezas en las que no pretendía hacer arte para el pueblo, sino más bien utilizar elementos cotidianos de la vida de las personas para plasmar en sus obras, como por ejemplo el  formato, diseño y embalaje de ciertos artículos, que le fascina. De esta fijación producirá sus series populares, obras que se exhibirán en galerías como Paul Bianchinni en NY  bajo el título «El supermercado estadounidense« o la llevada a cabo en la Ferus Gallery de Los Ángeles, donde los elementos más representativos del consumismo se repiten de forma casi obsesiva multiplicados en hileras con mínimas diferencias de impresión, las míticas imágenes de la popular lata de Sopa Campbell (1964) y los botellines de Coca-Cola, símbolos de la modernidad y los nuevos tiempos.

Es importante destacar pues, que su obra aparentemente banal encierra un sentido irónico y crítico hacia el materialismo, el dinero, la fama, la sociedad de consumo y la cultura de masas. Warhol es a la vez escultor de lo común, crítico de lo superficial e incansable observador de otros aspectos de la vida. Ese es el caso de su colección «Muerte y Desastres« en la que se incluyen obras como Accidente en coche oDesastre naranja la reproducción de la silla eléctrica o elementos de la naturaleza tal como flores o animales, todos ellos reproducidos con la misma obsesión que los objetos.

Andy Warhol

Corre el años 1967 cuando una mujer llamada Valerie Solanas se cruza en el camino de Warhol para presentarle el guión de una obra de teatro que había escrito. Lo que ocurre posteriormente no está claro, excepto que el artista, ante la insistencia de la mujer, le comunica  que extravió el manuscrito y parece que para compensarla le ofreció un papel en su película I`m A man. Solanas aceptó e interpretó el papel, pero ofendida y debido a su pasado tortuoso, no tardó en verter violentas acusaciones y amenazas contra Andy.  El 3 de junio de 1968 Solanas entró en The Factory y disparó a Warhol  y a un crítico de arte que se encontraba allí en esos momentos, Mario Amaya. Warhol sobrevivió de milagro. La escritora Sara Stridsberg  cuenta que la afortunada intervención de un médico que lo reconoció en la camilla de urgencias consiguió que se mantuviera con vida. Su propia fama le ayudó a sortear una muerte segura pero las graves heridas causadas por los disparos le afectaron ambos pulmones, el bazo y el esófago. A consecuencia de ello, pasó el resto de su vida entre grandes sufrimientos. Jamás se recuperó de las lesiones que le produjo aquella bala fatal. Desde entonces Warhol pintó muchas pistolas, y en las entrevistas afirmaba que se consideraba un hombre muerto. Durante este tiempo no deja de pintar a personajes que le interesan, Mick Jagger, Liza Minelli, Elizabeth Taylor, Grace Kelly, Jacqueline Kennedy o Mao Tse Tung. Polifacético en esencia, de su carrera como creativo encontramos colaboraciones con en el grupo musical The Velvet Underground o películas de alto contenido erótico como Eat (1963), The Chelsea Girls (1965) o Blue Movie (1969). Controvertido y enigmático, Andy Warhol nos dejó su vida bien documentada en la obra “Mi filosofía de A a B y de  B a A” (1975) en España, Tusquets ed. Está considerado como uno de los artistas más importantes del siglo XX. Nadie como él ha sabido plasmar el espíritu del Pop-Art y vender su obra como un producto más de la sociedad de consumo que era el objeto de sus críticas.

La muestra, de algo más de un centenar de piezas, trata de hacer un recorrido histórico y profesional que incluye su primera época como diseñador publicitario, y aporta obras que raramente han sido expuestas como la serie “Ladies & Gentleman en la que retrató a la comunidad Drag Queen y transexual de Nueva York en los 70`s. Al final del recorrido hay una zona habilitada para que los más pequeños puedan dibujar y colorear alguna de las obras más representativas del autor.

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