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De la región de Puglia directo al corazón de Russafa, se encuentra Pastapalabra, un pequeño restaurante, donde lo auténtico, cobra verdadero sentido.
En Pastapalabra, Valerio su propietario, pasa gran parte de su tiempo, haciendo la pasta que después servirá en los platos. Ver cómo la hace, es todo un ritual, casi tan placentero como llevártela al paladar, cómo la estira, la Trefila, la amasa, en definitiva: la mima, de una manera totalmente paciente y artesanal hasta darle una forma casi perfecta a los deliciosos Orecchiette, tan típicos de su tierra.
Cuando le preguntas por la receta, él responde que sólo harina de trigo duro, con un 10% de salvado, que llega sin intermediarios a sus manos, ya que lo envía con todo el cariño del mundo, “la sua mammá”, junto con los sabrosos Taralliris, hechos por ella, y que podrás probar como aperitivo salado, acompañado de la cerveza artesanal Zeta, de barril, en su magnífica terraza.
Si pretendes encontrarte en Pastapalabra un menú al uso; este no es tú lugar, pero si quieres disfrutar de autenticidad y una experiencia como mínimo muy agradable para tus sentidos, estás en el sitio más apropiado.
Si eres un gran amigo, te ganas el nombre de una salsa: así es VALERIO; pero será él, quien decida con qué tipo de pasta combinará mejor. Por supuesto que cada salsa en Pastapalabra es bien diferente a la otra y están condimentadas con productos muy naturales y especias recogidas en maceta.
Ya que este no es el método al que estamos más acostumbrados, a la hora de pedir platos en un restaurante, podría parecernos a un primer golpe de vista, que hay poco dónde elegir, pero una vez te atreves con ello, quizá la pregunta sería: ¿para qué más? Porque realmente pienso que lo importante es disfrutar de algo así de especial y de calidad, que de una extensa carta donde no se domina ni la mitad de los productos.
Los entrantes de la carta, son súmamente sabrosos y principalmente utilizan verduras y aliños naturales. Siempre repito la famosa burrata, que de deliciosa mozzarella, es mi preferida.
Los postres, por supuesto también son caseros y mi pasión por su brownie de chocolate fue un flechazo en toda regla que perdura en el tiempo, pero todos son realmente deliciosos. Cuando voy a cenar, me gusta llevarme una porción de alguno de los bizcochos que haya preparado, para desayunar más que feliz, al día siguiente. Por cierto, la pasta también se puede llevar a casa, siempre por encargo, en envases de caña de azúcar, completamente ecológicos y biodegradables, adquiriendo así, un compromiso con la Naturaleza.
Un menú, completamente distinto a lo que nos tienen acostumbrados, que mantiene mismos precios durante toda la semana. Así podemos disfrutar de una comida verdaderamente Italiana, artesanal y con productos frescos y de calidad, provenientes también en gran parte del Mercat de Russafa, por 14€ al mediodía y 17€ por la noche. Los menús incluyen un entrante, un plato de pasta, bebida y postre o café.
También es todo un placer (y a veces una valentía, por la graduación que tiene) acabar esta experiencia, con un chupito de limoncello casero, en su amplia terraza a la que no le falta detalle; mantelitos de colores, macetas decoradas con florecitas de crochet, todo mimado de principio a fin, como cada rincón de este pequeño pedacito de Italia, que VALERIO reparte en cada plato, con mucho, mucho CORAZÓN.
Pastapalabra está en la calle Donoso Cortés 12, 46005 VALENCIA. Tels. 963739310 y 616444962. Zona wi-fi Cerrado domingos y martes noche.