Ángel Llàcer: “Lo que me mueve es hacer feliz a la gente”

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En cuanto le nombras, te sale inevitablemente una sonrisa de oreja a oreja. Cuando empieza a hablar, con ese acento tan peculiar que tiene, la sonrisa se convierte en carcajada.

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En cuanto le nombras, te sale inevitablemente una sonrisa de oreja a oreja. Cuando empieza a hablar, con ese acento tan peculiar que tiene, la sonrisa se convierte en carcajada. Cantante, bailarín, actor, director. Pero sobre todo showman. Ángel Llàcer tiene un carácter propio sobre el escenario. Pero lo que le hace realmente grande es que en la distancia corta sigue siendo igual de transparente que en las tablas. Y si hablamos de tablas, nadie como él es capaz de doblegarte con una intensa mirada y sacarte esa carcajada canalla que tanto le caracteriza.

Estos días está en Valencia, con su Jaula de las Locas. Una obra terapéutica de la que sales, como dice él, “relajao”

¿Cómo definirías La Jaula de las Locas con una palabra?

Felicidad.

¿Por qué? ¿Qué tiene de especial?

Yo creo que el éxito que está teniendo La Jaula de las Locas es porque a la gente le hace feliz. Lo que sienten al ver el musical es de una felicidad constante, porque todo es positivo y bonito. Entonces sales de aquí como si te hubieras ido a un spa: “Relajao”

Y eso en los tiempos que corren…

Claro. Es importantísimo. Porque realmente aquí no hay ningún conflicto, es decir, todo es comedia, lo que pasa siempre se resuelve bien, con sentido del humor. Los escenarios y el vestuario son preciosos. Las coreografías, la historia, los personajes son entrañables. Yo (se ríe), que se me va la olla. Al final es una máquina de felicidad brutal. Y si, en estos momentos, que la gente está más crispada, esto es como una terapia.

Casi cinco años repartiendo felicidad entonces ¿Cómo es meterse en esta locura como actor y, además, como director?

A mi me parece una locura maravillosa. Es un trabajazo, si, y tienes que estar en todo, pero a mi me gusta mucho porque estás construyendo constantemente. Todo va ligado. Es muy laborioso. Y claro, más, porque estoy actuando. Porque tienes que dejarlo todo preparado, y dejarte ir. Sino es imposible.

Parece que se te conoce menos en esta faceta, detrás de las “cámaras”. ¿Con qué te quedarías, televisión o teatro?

Bueno, aquí quizá me desnudo más. Soy más lo que soy. Pero cada cosa tiene su lado bueno y las dos me encantan. Porque lo que me gusta es hacer feliz a la gente. Es lo que me mueve.

Este trabajo, además, es algo muy psicológico ¿Cómo gestionas un mal día?

Pues esta función ayuda mucho, porque me pone de muy buen humor, así que si un día no estoy al 100%, salgo con mucha energía positiva. Es muy terapéutico para la gente que lo ve, pero también para las personas que lo hacemos.

El tema que se ve en La Jaula de las Locas es la no aceptación del diferente, ¿Crees que, como sociedad, nuestra mentalidad ha evolucionado?

No hemos evolucionado nada. Parece que si, por la tecnología, la forma de comunicarnos, pero en el fondo, somos la misma sociedad. Los sentimientos del ser humano siempre son los mismos: amor, deseo, celos… Y los temas que nos preocupan también: la felicidad, la muerte, la vida… Y por eso los clásicos perduran como lo hacen.

Este musical lo diriges junto a Manu Guix, con el que llevas trabajando 20 años, ¿En qué os complementáis?

Pues muchas cosas buenas. Lo que le propongo, le encanta y al revés. Siempre estamos maquinando cosas, no nos peleamos. Así que un sueño.

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