Silvia Hidalgo: “Nuestro cerebro se alimenta de imágenes, muchas de ficción”

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Silvia Hidalgo ha conquistado recientemente el prestigioso Premio Tusquets con su obra Nada que decir, un deslumbrante retrato psicológico de una mujer enfrentada a sus contradicciones y a la vorágine de la vida moderna. El jurado del certamen, con una dotación de 18.000 euros, ha definido la novela como una “historia veraz y lacerante sobre la vivencia del deseo y la pasión, sobre cómo se sobrepone a la crisis de los cuarenta, la ansiedad por el éxito social, el desencanto del hogar, la atracción por lo prohibido”. Un total de 672 manuscritos se presentaron a esta convocatoria en la que hidalgo ha brillado por su prosa inteligente y directa, rasgos que impregnan la personalidad rutilante, fresca y espontánea, de esta ingeniera informática sevillana a la que hemos tenido la suerte de entrevistar. El deseo, el amor, la frustración y la literatura, salpican estas líneas que esperamos que disfrutéis con nosotros. ¡Vamos allá!

Silvia Hidalgo

En Nada que decir hablas de grandes temas y de sentimientos con los que los lectores y las lectoras se sienten muy identificados, y lo haces con mucha veracidad y de forma muy directa. ¿Cómo surge esta historia?

Nace de una emoción de desasosiego, estaba muy cansada físicamente y con fiebre. Cogí un bolígrafo y un cuaderno y comencé la escena primera. El personaje y el tono me agarraron y seguí.

La estructura de la novela es bastante desgarradora y aparentemente desordenada, como nuestra propia mente. El proceso creativo que has seguido para plantearla ¿Cómo ha sido?

He confiado mucho en mi intuición para el primer borrador. Después llegan las correcciones desde un plano más intelectual, donde pienso en distribuir las historias, los pesos de los personajes, la temporalidad de la trama.

Hoy en día, la pérdida del yo es tremendamente fácil, debido a la rapidez con la que va todo, y a la exigente sociedad en la que vivimos. De hecho, en los últimos años vemos mucho cómo necesitamos reconectar con nosotros mismos. ¿Crees que es insostenible el sistema en el que vivimos, a nivel social y personal?

Depende del estado social y personal de cada uno, pero hay mucha precariedad económica, de valores y emocional. Siento mucha frustración alrededor. No sé si el sistema es insostenible, pero si es sostenible es a nuestra costa, claro está.

De hecho, la protagonista vive una vida vacía para ella, en la que no quiere estar, pero no sabe cómo salir. Es verdad que eso cada vez pasa más. ¿Somos víctimas de elegir vidas que no son para nosotras? ¿La sociedad nos empuja a veces a vivir esas vidas perfectas que no nos pertenecen?

Nuestro cerebro busca concretar ideas abstractas como la felicidad o el amor. Para ello se alimenta de imágenes concretas, muchas de ellas de la ficción. En mi generación hemos absorbido una idea de la felicidad, de la familia o de la pareja muy globalizada, muchas veces importada de la pantalla. Esto puede dar una sensación de caja de regalo preciosa y vacía. En mi generación hemos absorbido una idea de la felicidad, de la familia o de la pareja muy globalizada, muchas veces importada de la pantalla.

Y ese punto de inflexión en el que nos hacemos esas preguntas ¿suele ser cerca de cumplir los 40, o eso es un mito?

Cada persona tiene el suyo, no identifico las crisis con una edad concreta sino con un momento de toma de decisiones importantes.

Mirar hacia dentro no es fácil y es incluso incómodo en la mayoría de las ocasiones, pero ¿Crees que es más necesario que nunca?

No sabría decir si es necesario, yo vivo muy dentro, quizás tampoco es sano evaluarse y analizarse todo el rato. Me gustaría salir de aquí de vez en cuando.

En alguna ocasión has comentado que una de las cuestiones que plantea Nada que decir, y al hilo de lo que estamos hablando, es cómo nos estamos relacionando como sociedad. ¿Tienes la respuesta?

No, absolutamente no, pero como comentaba antes siento mucha frustración a mi alrededor. Creo que debemos agarrarnos a la comunicación, en el modo que sea, a lo colectivo y a la ternura.

En todo esto ¿Qué papel crees que tienen las redes sociales, la tecnología o los móviles? ¿Cómo te relacionas tú con ellas?

Es un tema bastante complejo de abarcar. Está claro que se han convertido en uno de los pilares de las relaciones sociales, una extensión transformadora de las mismas. Yo soy ingeniera informática y me relaciono con ellas de diversas formas, pero como usuaria intento que sea una herramienta de comunicación con lo que me importa y una fuente de información.

Por fin estamos percatándonos de la importancia de la salud mental. Hay mucho por recorrer ¿Cres que algún día se le daremos el protagonismo y el cuidado que se merece?

Sin duda, aunque sea por la propia conveniencia de que el sistema se soporte. Intento ser una persona optimista, así que voy a pensar que todos los pasos que se están dando llegarán a un lugar más sano.

El Premio Tusquets es uno de los más importantes de nuestro país. ¿Cómo es para ti haberlo recibido?

Tengo una sensación extrañísima que se parece mucho al orgullo y a la confianza de que no me equivoqué al creer que podía aportar algo a la literatura y que este camino que he empezado es el mío.

Cuando empezaste a escribir, ¿pensaste que llegarías hasta dónde estás ahora?

No, siempre he escrito, aunque no fuera en papel como modo de traducir la vida y a los otros en mi cabeza. Plasmarlo por escrito, llegar a terminar una novela, publicarla, han sido pasos que ido dando como consecuencias del anterior. Nunca lo pensé como el inicio de una carrera literaria.

Estamos asistiendo a numerosas adaptaciones de libros a la televisión o al cine. Puesto que has dirigido varios cortometrajes, sabes cómo funciona el séptimo arte. ¿Crees que alguna de tus novelas podría adaptarse? ¿Te los has/ han planteado?

Sí, en mi cabeza todas las historias se concretan en imágenes, así que las tengo perfectamente visualizadas. Ya he hecho algún ejercicio de adaptación, aunque me interesa más partir de ideas originalmente concebidas para el audiovisual.

Silvia Hidalgo

La última serie o película que te haya marcado

Por fin vi Quién teme a Virginia Woolf de Mike Nichols. Una genialidad absoluta en todos los aspectos.

Un momento del día

Tumbarme con mi hija en el sofá a ver el capítulo de cualquier cosa o una peli de terror.

Un sentimiento/sensación

Las ganas, de lo que sea.

Dónde te pierdes para encontrarte

La ficción, un libro, una peli o una serie.

Una frase

¡Escribe!

Una canción

Bachelorette de Björk

Un libro

La pianista de Jelinek

Fotografía: Silvia Cayuela, Iván Giménez

 

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