Eva Hache: “Me ha gustado mucho haber ido a esos pedacitos de Madrid que no están en las guías ni salen en Instagram”

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Eva Hache lleva años haciéndonos reír a carcajadas, con su humor nada ortodoxo. amante de los cambios y los retos, se enfrenta ahora a la dirección de “Un mal día lo tiene cualquiera”, producida por Álex de la Iglesia. una mezcla de géneros, donde el drama, la desesperación y la comedia nos llevará a acompañar una noche de la vida de Sonia, interpretada por Ana Polvorosa. Hemos hablado con Eva, que nos cuenta cómo ha sido meterse en la piel de directora de cine.

¿Cómo y cuándo nace el proyecto?

Pues me llamó Alex de la Iglesia porque tenía un guion que quería que dirigiera yo. Yo pensé que estaba loco porque no he dirigido nada en mi vida, pero ¿quién soy yo para contradecir a alguien que tiene tanto criterio? Y así ha sido. Pero nunca me lo habría imaginado. La gente no sabe lo duro que es rodar una película

¿Cómo definirías este oficio, nuevo para ti?

Mira yo haría visitas escolares a los rodajes, porque me parece apasionante ver el artefacto que hay que montar para que una película se pueda contar. Es muy interesante ver todos los equipos trabajando a una, cada uno con su especialidad, pero todos a una. Porque por mucho que avance la tecnología el cine sigue siendo un trabajo muy artesanal. Es como una coreografía muy singular. Siempre que voy al cine me parece que estoy presenciando algo mágico, pero ahora que he dirigido, me parece un milagro.

Madrid, que es un prota más de la película, tiene muchas caras. ¿Qué Madrid habéis querido retratar aquí?

Los personajes que salen en ese Madrid que retratamos son algo particulares, pero sé que la guionista, Jelen Morales, ha descrito muchos elementos que ella misma ha vivido. No todos en la misma noche, claro (se ríe). Es que hay muchas veces que la realidad supera a la ficción. Pero lo que sí que nos ha gustado mucho es haber podido ir a esos pedacitos de Madrid que no están en las guías ni salen en Instagram. Además, a mí me recuerda al Madrid que yo conocí cuando era pequeña, y que tiene ese sabor de los mercados municipales, bares y tiendas.

Uno de los temas principales de la película es si seguir las normas a rajatabla es positivo o negativo para nosotros. ¿Qué opinas?

Yo creo que mantener el control en ciertos aspectos es casi inevitable. Todos tendemos a agarrarnos a ciertas cosas que nos dan seguridad. Conozco a muy poca gente que sea completamente caótica y no tenga nada planificado. En el caso de Sonia, al menos ese día, el más importante de su vida, necesita ese orden y tenerlo todo bajo control. Pero a veces la vida te da un tortazo que nos hace pensar. Y ahí está el verdadero crecimiento de las personas, el saberse adaptar y no anularse por los cambios que no dependen de nosotros. De hecho, a veces, en esa improvisación encontramos el éxito. Eso es. A ver, hay gente que se siente muy cómoda en una rutina muy marcada y le molestan mucho los cambios, y se viven siempre en el mismo sitio, con el mismo trabajo…. A mí eso me da cierta envidia a veces, porque me encantan los cambios. A mí un reto me da la vida. Me adapto perfectamente a cualquier lado. Al final lo importante es que cada uno somos diferente, y que podamos elegir, que cada vez parece más difícil.

¿Has tenido algún referente a la hora de rodar esta película?

Era imposible no revisitar “After Hours” o “Jo, qué noche”, de Scorsese. Porque al final es una estructura unipersonal, que sucede en unas horas. Pero cuando Ana Polvorosa y yo la volvimos a ver nos pareció más sórdida y menos cómica de lo que recordábamos. Y las dos estábamos de acuerdo que queríamos hacer algo menos serio, más desde el humor, menos triste.

La desesperación ¿nos puede llevar a hacer cosas que ni pensábamos?

Claro. Es que no sabemos cómo vamos a reaccionar cada uno ante situaciones inesperadas. Y más si es por pura supervivencia. Al final tenemos mini yos muy diferentes.

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¿En qué proceso del rodaje te has sentido más cómoda o te ha resultado más difícil?

Pues ya sobre la lectura de guion lo que más complicado resultó fueron las escenas de acción, con vehículos, efectos especiales. Ya rodar de noche, en Madrid, en pleno invierno, tiene su miga. Pero afortunadamente, teníamos un equipo maravilloso de especialistas, técnicos, y conductores que saben más que yo (se ríe)

¿Cómo te ha ayudado tu profesión de cómica a la hora de dirigir?

Si, sobre todo porque me considero también una persona bastante bienhumorada. Tengo mucho genio también, pero no lo he sacado mucho aquí (se ríe). La verdad es que tanto Ana como yo tenemos muy incorporado el tempo de la comedia. Y eso a la hora de trabajar, tanto ella a la hora de interpretar, como yo a la hora de disponer de todos los elementos para luego ir a la sala de montaje, creo que ha sido más sencillo que si no conociéramos cómo funciona esa comedia.

La transformación emocional de Ana es súper potente. Imagino que habrá sido un reto, ya que es imposible rodar en orden y el raccord podía fallar.

Si, nunca se puede rodar en orden, porque mandan las localizaciones, horarios de actores… muchas cosas. Y claro, la dificultad crece porque Ana tiene un arco emocional importante, incluso físicamente. Pero estamos muy satisfechas con el trabajo. El tipo de humor que marca la película también es diferente. Si, yo creo que es una comedia diferente, y eso a mí me gusta mucho porque yo tampoco tengo un estilo de humor, digamos, demasiado ortodoxo. Así que creo que esta película me representa bastante.

Un mal día lo tiene cualquiera, ¿Qué día recuerdas de esos que dices… no tendría que haberme levantado?

Intento no darle demasiado lugar a lo dramático. Soy bastante adaptable. Cuando me pasa algo “malo” (sin ser una tragedia), intento aprender de ello. Y pienso “mañana será otro día”.

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Texto y fotografía: MARÍA SELVA @almastudiovisual

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