Con una sonrisa bajo el brazo y una mirada analítica, Eva Ugarte es uno de los nombres que más suenan en las películas cómicas de los últimos tiempos. Su sensibilidad y profundidad analizando la realidad que nos rodea la convierten además en una perfecta conversadora. Adora los retos y las artes marciales, soñando con ser una superheroina o protagonizar un gran drama. De risa contagiosa y con un camino perfectamente definido, presentó su última película en Valencia “Por los pelos”. Y ya nos adelanta sus próximos trabajos.
¿Qué tiene de diferente la última película que has presentado, “Por los Pelos” con respecto a otras películas de comedia?
Yo creo que es pionera a la hora de hablar de un tema que cada vez es más común, como es ponerse pelo. Es verdad que en España el tema de los retoques estéticos aún nos da un poco como de vergüenza, porque a nadie le gusta hablar de sus “defectos”. Pero claro estamos en un momento de máxima visibilidad, donde la imagen es importantísima. Y sobre todo con el auge de las redes sociales, ya que han instaurado que no es la palabra lo que prima sino la imagen. Y eso a veces, por comparación, lejos de hacernos más fuertes, nos debilita. Por eso, esta película, además del tema del pelo, que no se había tocado nunca así, habla de la autoestima y de los complejos.
Si, porque si que se ve muy reflejado en la película esa falta de autoestima por la excesiva exposición.
Si echamos la vista atrás, esa exposición es mayor con el tiempo. Fíjate que los jóvenes quieren arreglos estéticos acorde con los filtros de las redes sociales. Eso es peligrosísimo. Entonces “Por los pelos” hace una reflexión de donde hemos de hacer el verdadero cambio, aunque es también para que la gente se lo pase bien. Es una comedia con un ritmo muy marcado, muy coral.
Ahora que hablas de películas corales ¿las grandes comedias lo son?
Si, supongo que al final resulta algo más fácil plantear situaciones de humor con varias personas, ya que si el público no se siente identificado con un personaje o situación, sentirá empatía por otro. Al ser coral, abarca más tipos de personalidad y más situaciones en las que mirarse (o no) al espejo. Pero luego todo depende del ritmo. La comedia tiene un tempo muy característico que yo comparo mucho con una orquesta. Si metes un instrumento o una nota fuera de tiempo, se te va. Lo mismo pasa con los chistes. Así que cuantos más instrumentos tengas, más musicalidad tendrá la obra.
Además, se ve muy claramente lo que nos provoca a veces el “efecto grupo”.
Si. Es que al final la unión hace la fuerza. Y los complejos se crean mucho en soledad, y cuando los compartimos, se aligeran. En la película se ve claramente que las miles de personas que van a Turquía a ponerse pelo van en grupo. De hecho, por algo se ha creado el llamado turismo capilar. Vas, te pones pelo, y disfrutas de la ciudad (se ríe).
Si, lo que dices de los complejos en soledad, es verdad que sigue habiendo muchos tabús, y esa falta de comunicación, a veces, nos ahoga. De hecho ahora empezamos a escuchar con más normalidad lo de “voy a terapia”
Afortunadamente, si, hay cierta apertura. Aunque depende del país. Yo fui a Argentina hace unos 4 años y alucinaban con que no fuéramos todos a terapia. Además de que te preguntan el signo antes del nombre (se ríe). Es que no nos gusta hablar de nuestros problemas, ni poner el foco en nuestros complejos. Hay creencias populares que aún hacen mucho daño. Y no nos damos cuenta de que lo más sexy en una persona es la seguridad.
Y, además, parece que nos siente un poco todo peor ¿no? ¿Está el humor en crisis?
Bueno toda esa exposición de la que estamos hablando hace que nos importe cada vez más el qué dirán, y estamos más delicados y por un lado u otro estamos ofendidos. Y hay que reírse un poco más de todo. Estamos muy susceptibles con el tema de la libertad, ya que bueno, me da la sensación que en los 80 o 90 había como más libertad en esos límites del humor.
Hablemos de Nacho G. Velilla y su trabajo ¿Cómo ha sido ponerte bajo su dirección?
Bueno, trabajar con Nacho era un sueño que tenia desde hacía mucho tiempo. Es uno de los mejores directores que hay ahora mismo en nuestro país. Yo siempre he sido muy fan de Aida, y de sus comedias. Al conocerle, he podido comprobar porque es uno de los pilares en este género. Es increíble la seguridad que tiene y lo claro que lo tiene todo. Es un gran director de orquesta y, aunque se exigente, para nosotros es una gozada que el capitán del barco sepa hacia donde quiere ir.
Hablando un poco de tu trabajo, últimamente llevas muchas comedias. ¿Te sientes cómoda en ese género? ¿Las buscas o te buscan?
La verdad es que tuve la suerte de que destaqué mucho haciendo comedia en mi colegio. Y al final te vas dejando llevar en lo que te resulta fácil. Me siento muy cómoda en el género y me lo paso genial, aunque es verdad que me considero buena actriz haciendo también drama (se ríe). Aún no considero que esté encasillada porque me hacen pruebas para otras cosas, pero es cierto que ahora mismo es lo que más hago.
¿Qué papel te gustaría interpretar? ¿Te ves, por ejemplo, como una superheroína?
Siii, ahí me has dado. Me encantaría. Además adoro las artes marciales, que además me ayudan a prepararme física y psicológicamente. O una monja, por ejemplo, o una alcohólica. Tengo muchos papeles en la cabeza que me gustaría interpretar, y que serian verdaderos retos para mi.
¿Con quien te gustaría trabajar?
Bueno, con Carmen Maura y Carmen Machi sería un sueño. Son dos de mis referentes. Blanca Portillo me encanta. Y trabajar con Paolo Sorrentino sería para mi impresionante.
¿Tienes próximos proyectos que nos puedas contar?
Pues en otoño estrenamos “Reyes contra Santa”, de Paco Caballero, una película navideña con una magia muy chula, y con Karra Elejalde, David Verdaguer o Matías Janick. Y en marzo estreno “Bajo terapia”, de Gerardo Herrero, una película muy de actores basada en una obra de teatro argentina, con Malenia Alterio, Fele Martínez, y Alexandra Jiménez.
