Xavi Calvo

Xavi Calvo: “Valencia se ha posicionado como la capital mundial del talento”

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Xavi Calvo (València, 1980) es diseñador gráfico y consultor estratégico de comunicación, co-fundador y socio de Estudio Menta y director general de València Capital Mundial del Diseño 2022 (WDCV22), un magno evento que visibiliza y muestra nuestro DISEÑO en cualquiera de sus DIMENSIONES… Un no parar que en junio nos trae el festival ExperienceValencia22 e inaugura un pabellón modular en la Plaça del Ajuntament, que acogerá exposiciones y eventos, además de ser el centro neurálgico e informativo de la Capitalidad.

València recoge el testigo de México y Lille, y, al finalizar su edición, lo pasará a San Diego-Tijuana, capitales de 2024.

Comencemos con un silogismo: si el diseño es una actividad creativa que proyecta objetos útiles y estéticos, y si València es la Capital Mundial del Diseño y Xavi Calvo su director general, entonces, ¿quién diseña a Xavi Calvo? 

A todos nos diseña nuestro entorno cada día. Y estos entornos son habitualmente artificiales. En cierta forma el diseño nos diseña, que es una corriente, la del diseño ontológico, que explica precisamente cómo son las diseñadoras y los diseñadores quienes acaban determinando el uso que damos a todo lo que nos rodea cada día y de quienes termina dependiendo incluso nuestro estado de humor.En una tierra de artistas, enuméreme las diferencias entre el diseño y el ”pensat i fet”…

Poniendo en principio diferencias sobre lo que es diseño y lo que es arte, entendiendo el foco en el lado más creativo valenciano, podría incluso defender el “pensat i fet” como un modelo de diseño, algo que cuando preparábamos la candidatura de València a Capital Mundial del Diseño ya hablábamos mucho Pau Rausell y yo, que es ese modelo de trencadís que en el plano corto parecen unos retales aislados, con la distancia tiene belleza formal.

El diseño nace para cumplir una función, un propósito, un “designio” (design), por eso nos gusta repetir ese mantra como solucionador de problemas, siendo importante la visión estratégica y no cortoplacista. 

¿Hablar de diseño es hablar de amor?

Sí. Y cada vez estoy más convencido de la parte más sensible de los procesos que nos hacen diseñar.

Cuando se encuentra con su familia le dicen ¿ahí viene el monotema?

Son convencidos del diseño (risas), son mi apoyo en todo esto… Pero creo que es un buen reflejo de la importancia de la didáctica en un momento y un país en el que hay escasa cultura del diseño y venimos arrastrando esa visión más frívola como un elemento decorativo e inútil, caro o pretencioso. Por eso es tan importante el discurso pedagógico y todas las acciones expositivas o de conferencias más didácticas centradas en el bienestar que proporciona el diseño a los usuarios.

¿Qué se puede diseñar que no se haya hecho ya?

Incluso el mejor de los diseños es mejorable con detalles, ya sea industrial, de producto o comunicación gráfica. Pero vivimos un momento muy interesante en cuanto al diseño de servicios, a partir de unas herramientas de digitalización que no existían y una situación global de todo el planeta abocado a repensar procesos y relaciones con clientes y usuarios. El mundo ha cambiado, muchísimo, en los dos últimos años, y también en la última década, pero seguimos viviendo en casas con estructuras que condicionaban la vida del siglo pasado…, objetos que no han progresado como nuestras vidas o formas de trasladarnos. Ahí está el diseño, no del futuro sino del presente, en el diseño de servicios.

¿Qué no se puede rediseñar?

Nada.

Defíname el diseño…

Una disciplina intelectual para analizar cosas que no funcionan y mejorarlas. Es bienestar para las personas y una herramienta de competitividad e innovación para las empresas.

¿Ha de funcionar perfectamente o puede un diseño ser solo contemplativo?

Los que venimos de un punto de vista más industrial del diseño no podemos perder de vista la parte de la belleza y la estética como un lado también funcional. Pero ha de funcionar, sí, aunque veamos algo aparentemente estético, ha de generarnos, aunque sea una reflexión sobre el entorno que nos rodea. SÍ, me reitero, el diseño ha de cumplir una función.

Vicios del diseño…

Arrastrar soluciones del pasado sin preguntarse cómos ni porqués, ser anacrónico, no ser contemporáneo a los usos y la vida del presente y no proyectarse al futuro.

Ejemplos de esos vicios…

Me fascina lo mal que se está llevando la transición al vehículo eléctrico. Yendo a la automoción, hablamos de las empresas que más invierten en publicidad del mundo, están más centrados en vender que en hacerlo bien, y siguen diseñando coches que responden a necesidades de hace 100 años. Por ejemplo, los coches eléctricos, sin motor de combustión, con rejilla frontal, aunque no hay radiador dentro, con un punto de recarga que simula la boca de un depósito de gasolina sin plantearse que no es el mejor sitio para ubicarlo, por no hablar del no-aprovechamiento del espacio interior, y todo por emular comportamientos del pasado que no permiten que nos aprovechemos de las ventajas del presente ¡y del futuro!

¿Diseñar es criticar?

Sí. Es una mirada crítica muy muy necesaria para poder plantear diseños que solucionen problemas. Paola Antonelli lo explicaba en la conferencia inaugural que dio en València cuando la trajimos el año pasado, donde el diseño debe ser esa herramienta de pensamiento crítico. Y mediante esa crítica es cuando observamos las estupideces que cometemos.¿El diseño tiene ideología?

Claro, el que caracterice a cada persona. Es inevitable, igualmente debemos asumir que el diseño es política y en esta entrevista no he dejado de hablar de analizar, observar el entorno, solucionar problemas… Eso debería ser un programa electoral universal, aplicar estrategias de diseño para mejorar la vida de las personas.

¿Cuánto de seso y/o de sexo ha de tener el diseño?

De seso, todo, es una actividad intelectual. Y de sexo, ¡puede ser totalmente pasional!

Tenemos gran talento, pero necesitamos más ecosistema valenciano de moda

¿Le preocupa que el ‘efecto WDCV’ se pase pronto?     

No, si hacemos bien nuestro trabajo. El componente didáctico es clave y ser Capital Mundial del Diseño nos lo ha puesto más fácil para salir de la endogamia hasta acelerar la consolidación de una cultura del diseño más general. No es magia, es fruto de décadas de esfuerzo y un detonante o catalizador que ha sido la ilusión de un proyecto que nace de la empresa y del sector profesional, es recibido de forma sensible por la administración, los medios de comunicación lo reciben y dan espacio a nivel global y eso despierta también esa ilusión y empuje en toda la sociedad civil. Como proceso, ha sido para enmarcar.

A partir de esa amplia base, estamos construyendo no sólo una programación anual sino todo un legado para a partir de 2023, y diría que ese es el principal objetivo, que se quede.¿Cómo puede disfrutar un@ valencian@ de su Capitalidad?

De cada exposición, de cada actividad. Hay muy poco programado a nivel académico o estrictamente profesional y es una Capital Mundial del Diseño cuyo programa está pensado para la ciudadanía. Tenemos casi 200 actividades activándose este primer semestre del año.

Además, el mantra que llevamos 4 años repitiendo internamente es la activación de un proceso de cambio, y aunque toda esta labor más institucional esté en un plano no siempre visible, lo que ya pusimos en negro sobre blanco en 2018 era que la candidatura a la Capitalidad era en sí misma una prueba de prototipado sobre la posibilidad de convertir la perspectiva del diseño en agente principal de la innovación social y urbana. El objetivo es que nuestra ciudad, nuestros entornos, sean mejores, y que la ciudadanía los disfrute de manera activa, pero también pasiva.

El diseño nace para cumplir una función, un propósito, un “designio“, por eso es importante la visión estratégica y no cortoplacista. 

¿Nos falta proyección nacional en València?

El diseño valenciano estaba ya muy bien posicionado a nivel nacional, referente desde hace décadas, con la labor de la Asociación de Diseñadores de la Comunitat Valenciana o con el impulso que desde València se ha dado a la Red Española de Asociaciones de Diseño.

Pero es cierto que nos faltaba creérnoslo. Por eso la Capitalidad fue una terapia de amor propio que necesitábamos para quitarnos complejos y poder lucir creatividad y talento. En apenas dos años hemos posicionado a València como una capital mundial del talento en creatividad y en diseño, ¡a nivel internacional! El diseño es marca-España.

Como anécdota para visibilizarlo, las grandes tecnológicas de Silicon Valley o esas grandes marcas multinacionales “de diseño” tienen sus oficinas equipadas con mobiliario y producto valenciano, y en los departamentos de las compañías de medio mundo hay diseñadoras y diseñadores valencianos. Y no es casualidad, al igual que en toda orquesta del mundo haya músicos valencianos, porque hay educación musical y más bandas en la Comunitat que municipios.

València, cuna de modas y moda, ¿hay poca moda en el programa del año del diseño?

Uno de nuestros foros principales, en octubre, trata precisamente del futuro de la moda, enfocado desde el mundo académico y docente hacia el sector industrial. Estamos con los contactos profesionales y, siendo algo crítico, ha sido donde la tarea fue menos sencilla por no estar el sector moda tan cohesionado como el gráfico o el industrial.

Si la gran labor del asociacionismo valenciano dando cohesión al diseño se diera también en la moda valenciana, creo que sería una plataforma brutal para reivindicar lo que cuesta tanto demostrar a través de figuras unipersonales. Tenemos gran talento, pero necesitamos más ecosistema valenciano de moda.

¿Qué quedó del ”diseñas o trabajas” cuando se intentaba ligar?

(Risas) No lo viví, pero creo que representa una época clave. Un momento de mucha efervescencia y ganas, tal vez no se atinó a comunicar, pero esa parte negativa es la que se ha ido cayendo a lo largo de los años por el esfuerzo titánico en pedagogía que se ha ido haciendo, es la de esa visión más frívola contra la que luchamos.

El diseño no es un hobby, ni una inspiración divina, es una profesión que, de hecho, el impacto económico del diseño en la Comunitat Valenciana supone un 13,4% del PIB, y las empresas valencianas intensivas en diseño en comparación con las que no lo son resultan ser un 29% más productivas, un 19% más rentables y son el triple de exportadoras. Además, facturan un 66% más y generan un 8,5% más empleo. Esta cuantificación es demoledora para entender ya no la profesionalización sino el peso del sector, o más bien, el peso del buen diseño.

El diseño no es un hobby, ni una inspiración divina, es una profesión que en la CV supone un 13,4% del PIB

Y, por último, hablemos de la Fundació del Disseny…

El legado de València Capital Mundial del Diseño 2022 tomará forma como la Fundació del Disseny de la CV, ya constituida como una entidad sin ánimo de lucro para el fomento y promoción del diseño y cuyos objetivos van desde las políticas del diseño a la didáctica, pasando por el posicionamiento para convertir a la Comunitat en referencia de conocimiento y discusión internacional sobre las implicaciones socioeconómicas del diseño, así como del talento creativo.

Se trata de mantener este título de Capital Mundial del Diseño como una capitalidad del talento mundial para València y, por extensión, el territorio valenciano.


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