Ya está. Un año más, la semana del Arenal Sound ha pasado volando; al menos para los que dormían en condiciones adecuadas. Sí, este año el calor ha sido otra vez el protagonista. Imposible acudir a los primeros conciertos de la tarde o al Pool Stage sin meterse (aunque con reticencia) en la piscina de uno de los espacios más concurridos del festival. Sin embargo, ni siquiera esto ha frenado a los sounders.
6 días de música non stop para todos los gustos y para todos los públicos. Fue a partir del jueves (el martes y miércoles los conciertos tienen lugar únicamente en el Pool Stage) cuando el festival arrancó con artistas tan heterogéneos como Rozalén, el Kanka y The Vamps o Lost Frequencies. Espectáculos con una gran afluencia de sounders que decidieron que lo mejor de la fiesta empezaba en ese momento.
El viernes David Otero, Alfred García de OT 2017, Maldita Nerea y Jess Glynne, en especial estos dos últimos, ofrecieron espectáculos inéditos con ritmo, buen rollo y mucho talento, una gran parte de este, español. En el Beach Club y en el Pool Stage, Arkano, Brian Van Andel y Wise Men Project fueron solo unos cuantos de los que desde las 2 del medio día hasta las 7 de la mañana mantuvieron vivos estos escenarios.
El sábado 4 de agosto, uno de los días más esperados de esta novena edición, estuvo marcado por una gran cantidad de grupos españoles con ganas de demostrar la calidad de lo nacional como Carlos Sadness, Sidecars, El Columpio Asesino o Dorian que, a su vez, sirvieron de teloneros para uno de los platos fuertes de este 2018: James Blunt. Con un repertorio muy animado y con canciones la mayoría de ellas conocidas, Blunt acopló su concierto al público mayoritario (en torno a los 18 años) e hizo un esfuerzo por hablar en español, un espectáculo que sacó una sonrisa a los allí presentes.
Bad Gyal, Fyahbwoy, Sexy Zebras, The Zombie Kids y, por supuesto, el conejo malo, más conocido como Bad Bunny, fueron los protagonistas de la jornada de cierre de este famosísimo y muy frecuentado festival nacional. Bad Bunny sacó la artillería pesada en su primera vez en el Arenal Sound y el público enloqueció ante sus letras.
La organización, como ya nos trae acostumbrados, incorporó mejoras para hacer la estancia en el festival mucho más sencilla, sobre todo para aquellos que deciden pasar toda la semana en tiendas de campaña y duchas públicas. Un año más, una edición más, el Arenal Sound ha cumplido con las expectativas y, como novedad, nos ha dejado con ganas de mucho más el año que viene en la que sin duda será su edición más especial por tratarse del 10 aniversario del propio festival.
Mientras esperamos a conocer los primeros detalles de esta misteriosa edición, desde WHAT MORE? os animamos a que acudáis a algun festival a vivir la experiencia y a disfrutar de lo que no nos faltará nunca: la música.
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