Consolidar una reputación sin acarrear ningún papel que te persiga es algo que no todos los actores consiguen y en donde muchos de ellos se sumergen en un bucle de arenas movedizas interpretativas. Pero este no es el caso de Karra Elejalde.
Tras una larga trayectoria que lo ha consolidado como uno de los veteranos del mundo del cine y teatro español ahora llega con Vasil, que se estrena en cines el 4 de noviembre.
La ópera prima de Avelina Prat en donde la igualdad, la tolerancia y una férrea crítica a los prejuicios que muchas veces tenemos dirigen a un elenco de artistas de primera categoría. Y karra lo tiene claro, hay que ser fiel a uno mismo a través de unos principios buenos para uno mismo, y buenos para la sociedad.
¿Qué se va a encontrar el espectador cuando salga del cine después de ver la película?
Una película que es de verdad, que es inclasificable, solemos querer encasillar las cosas pero esta no es una película de género al uso ni que trate de drama social, es una película que habla de la falta de comunicación particularmente, yo creo que es un trabajo muy bonito. A mí me ha encantado trabajar con Avelina Prat y con Alexandra Jiménez, estoy muy contento con como ha quedado.
Me decías que es una película inclasificable…
Sí, es una película que habla de la dificultad que tenemos a veces, que ya es educacional: los hombres no lloran, no manifiestan sus debilidades… Realmente tendemos a ser distintos con la gente que es de fuera, que es de otro país, que no habla nuestro idioma, que visten distinto… somos así. Entonces esto es un búlgaro que es una eminencia jugando al bridge, juega con los grandes maestros de ajedrez, es un crack, pero está viviendo en la calle en un banco desde que salió de Bulgaria.
Y entonces se lo encuentra Alfredo, tu personaje, ¿no?
Sí. Yo no es porque empatice con su problemática pero por hacer un favor a una amiga lo tengo en casa dos meses. Alfredo es un hombre muy distinto a mi carácter, a mi manera de ser, es un arquitecto jubilado, rancio, que vive solo y tiene problemas de comunicación incluso con su propia hija.
¿Dirías que es una película que invita a reflexionar?
Sí, tú piensa que eres una española que tiene su carrera y por cosas de la vida acabas viviendo en París. No hablas el idioma, estás en el paro, no tienes dinero, no tienes para comprarte ropa ni objetos de lujo…
Sería una alegoría del cambio de mentalidad que estamos teniendo muchos al conocer a los refugiados que nos llegan de Ucrania, ¿no?
Sí, es que es eso. Además, tanto el actor como el personaje que ha hecho, es un encanto de hombre que vive con lo básico, que a él la felicidad se lo da tener lo básico, se preocupa por su hija que tiene en Bulgaria. Es un hombre que cambia de alguna manera el modo de ser y de sentir de la gente con la que roce, tiene una forma diferente de ver la vida.
¿Cómo ha sido trabajar con Avelina Prats en su ópera prima?
Maravilloso. Ella ha trabajado y grabado cortos antes y bueno yo me he sentido muy agusto trabajando con ella ciertamente la verdad.
¿Cómo ha sido el proceso de creación de tu personaje Alfredo? ¿En qué te has inspirado?
A veces al plantear un personaje histórico te inspiras y buscas un parecido o algo para documentarte pero una profesión como un arquitecto pues lo he abordado desde el guión. Es un personaje que tiene problemas de comunicación con su propia hija y más los va a tener cuando acoja en su casa a un inmigrante que tiene otra forma de ser.
La conexión, comunicación que muchas veces nos falta, tú de manera personal o como Alfredo si quieres, ¿crees que cada vez estamos más conectados pero de una manera nos aleja ese tipo de conexión nueva?
Sí, yo creo que antes hablábamos en los trenes, ahora te subes a un tren y la gente va a su bola, haciendo sus cosas, mirando el móvil… y yo creo que cada vez nos alejamos más de la relación de unos con otros. Desde luego yo creo que ya es difícil cuando eres joven ligar, seducir a una mujer, decirle que quieres ir con ella… pero ahora lo hacen por redes sociales…ñl.
El mensaje que busca la película es que si nos abriésemos más de miras nos encontraríamos con sorpresas como con Vasil, ¿no?
Yo supongo que sí. Solo habría que pararse, ir a esa persona que está en la calle, hablar con ella y descubrir qué es de ella, cómo le ha ido la vida… Los prejuzgamos, les damos cero valor intelectual social… somos así y es una pena.
Además, el punto en común es el ajedrez, es decir, una forma de establecer conexiones es a través de las aficiones…
Exacto. De alguna manera me acaba enseñando a jugar al ajedrez y es por ahí por donde me ablanda un poquito, aunque no lo suficiente. Lo bonito de la peli es que nunca acabamos por estar lo suficientemente ablandados.
¿Con qué momentos del rodaje te quedarías?
Fue un rodaje muy duro en pleno covid, en el primer Covid, cerrasteis la capital totalmente. Lo tenías que dejar todo preparado por delante… El rodaje fue una maravilla, no es la típica película de amores tórridos ni persecuciones, ni sexo, sudor y tripas. Es muy sencillita y a la vez aborda temas muy complicados. Yo creo que va a ser una película muy bien recibida en festivales, no sé si nació con esa vocación porque a veces queremos hacer unas cosas y lo conseguimos pero otras veces no salen. En definitiva, creo que va a ser una peli muy interesante y que nos va a dar mucha satisfacción.
Dentro del rodaje también os pasó un poco, ¿no? Al fin y al cabo sois personas distintas, el protagonista no es español y fue también una forma de poner en común todas las experiencias y vivencias de todos.
Sí, me conseguí hacer muy amigo suyo pero gracias a una chica polaca que sabía castellano. Así que al final todas las cosas, tanto las profesionales como las de índole personal iban filtradas por decirlo de alguna manera.
Y bueno, hablando también un poco dentro del rodaje, gran parte de la película fue rodada en Valencia. ¿Cómo es para ti rodar aquí?
La peli es rodada en Valencia, la conozco de hacer teatro y de hacer cine. Valencia me encanta pero en las circunstancias en las que rodé esta película no la pude disfrutar. Me gustaría decirte que pude ir al barrio del Carmen pero no, iba del trabajo a casa y de casa al trabajo.
Dentro de unas semanas te tendremos también en Valencia en una situación distinta, que será en la Mostra Viva de Valencia con el equipo. Un profesional como tú, ¿cómo ve estos festivales que impulsan producciones un poco más de autor, mas chiquititas…?
¿Cómo lo voy a ver? Un tío que está acostumbrado a hacer películas con nuevos realizadores y que considera que estos festivales son el caldo de cultivo para que esta profesión crezca en este país.
