“UN TRIUNFO OPORTUNO, UN TÍTULO HISTÓRICO”

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Texto PACO LLORET
Fotos VALENCIA CLUB DE FÚTBOL. WWW.VALENCIACF.COM.
LÁZARO DE LA PEÑA / IVÁN ARLANDIS

EL VALENCIA CERRÓ SU CENTENARIO DE LA MEJOR MANERA POSIBLE. NO HABÍA OTRO COLOFÓN PARA UN CLUB QUE PRESUMIÓ DE SER BRONCO Y COPERO. MUCHAS CÁBALAS Y TRADICIONES SE CUMPLIERON. EL MARCADOR DE 2-0 FAVORABLE EN TODAS LAS FINALES COPERAS JUGADAS CONTRA EL BARÇA, LA BUENAVENTURA DE LAS FINALES DISPUTADAS EN LOS AÑOS QUE ACABAN EN NUEVE, CUATRO DE CUATRO, Y LA INSPIRACIÓN QUE ACOMPAÑA A LOS VALENCIANISTAS EN TIERRAS ANDALUZAS: CUATRO DE LOS CINCO TÍTULOS NACIONALES CONQUISTADOS EN LOS ÚLTIMOS VEINTE AÑOS HAN TENIDO POR ESCENARIO LOS CAMPOS DEL SUR. LAS DOS CORONACIONES LIGUERAS SE ESCENIFICARON EN MÁLAGA Y EN SEVILLA MIENTRAS QUE AMBAS COPAS SE ALCANZARON A ORILLAS DEL GUADALQUIVIR Y EN CAMPOS DIFERENTES.

El mérito del conjunto de Marcelino es innegable, se impuso ante un rival que perseguía el doblete y que tenía a su alcance establecer un registro sin precedentes en la Copa, cinco triunfos seguidos. Una vez más, en el escenario, se presentó el conjunto de Mestalla arropado por miles de incondicionales dispuesto a cambiar la historia.

La fuerza de la grada no resultó anecdótica, el apoyo del valencianismo se convirtió en un factor determinante. En la calle y en la grada se impuso con entusiasmo la hinchada del Valencia. No hubo más color que el blanco. Se detectaba la diferencia sustancial en el estado de ánimo de los finalistas. La ambición y la confianza de unos, la depresión y dudas de los otros.

Sobre el terreno de juego también quedaron muy claras las prestaciones de ambas escuadras. El Valencia desplegó un juego que desprendía electricidad, era intenso, vertical, y resolutivo.Las ideas muy claras, el plan se había estudiado a conciencia. La confianza en los propios recursos y la seguridad de hacer daño a un oponente alicaído y frágil de moral. Los goles lo confirmaban.

Los valencianistas se vinieron arriba pero sin descuidar los espacios, pendientes de cualquier maniobra de un Barça al borde del k.o. No hay triunfo importante sin unas dosis de sufrimiento, ni unas gotas de épica. Había que resistir al campeón herido en su orgullo y dispuesto a morir matando.

No quedaba otra. La lesión de Parejo, elevado a la condición de mito, complicó la travesía hacia el título. El inevitable gol de Messi añadió emoción y nervios. La Copa te brinda estos momentos incomparables, al borde de la gloria y a un paso del hundimiento. Todo o nada.

El Valencia aguantó el tipo con entereza, se exprimió al máximo y pudo liquidar la contienda en un par de acciones con Guedes como protagonista, pero el portugués no acertó cuando lo tenía todo a su favor. La agonía del tiempo añadido se hizo interminable. Cuando Undiano señaló la conclusión una descarga emocional recorrió la grada del Villamarín. Las lágrimas por la gesta alcanzada, el recuerdo a los ausentes, el orgullo de la militancia, la demostración de fuerza de un club que demostró su carácter competitivo y ganador. Un mensaje para todos.

El Valencia ha vuelto para quedarse.

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