Este mes de junio, cuando empieza el calor veraniego, pero aún no hay tanto turismo, os recomendamos un destino que esconde muchos encantos y lo tenemos bien cerquita. Hablamos del sur de Portugal: El Algarve. Y es que a menos de 10 horas en coche o 2 en avión, nos encontramos con uno de los lugares más bonitos de la costa portuguesa, y que tiene mucho que ofrecernos. Lo ideal es hacerse con un coche para recorrer los muchos pueblecitos y playas que componen esta zona.
Podemos comenzar nuestra ruta en Faro, puesto que, si vamos en avión, aterrizaremos ahí mismo. Es una de las localidades más turísticas, pero aun guarda cierto encanto. Además, tiene mucha variedad de alojamientos y restaurantes. No te puedes perder su Catedral y la Igreja do Carmo, con su contigua Capela dos Osos.
Una de las playas más bonitas de Faro son Praia da Falésia, cerca de Quarteira. Si te gusta el ambiente al atardecer en la zona de playa Vale do Lobo, hay varios bares donde disfrutar de las puestas de sol con un riquísimo cóctel.
Pero si algo destaca de esa zona es la Ría Formosa y su espectaculares playas kilométricas que te adentrarán en el Algarve más salvaje. Y es que este parque natural está formado por 2 penínsulas (Cacela y Ancão) y 5 islas (Ilha de Cabanas, Tavira, Armona, Culatra y Barreta) en paralelo a la costa que va desde Faro a Cacela Velha, y da lugar a un rico ecosistema lleno de flora y fauna. Para acceder a las playas, hay que cruzar la ría, y puede hacerse por menos de 3€ en embarcaciones locales. En esta zona encontrarás playas paradisíacas y pueblos con un enorme encanto, que no puedes dejar de visitar.
Antes de partir hacia la zona de Lagos, una parada imprescindible es la antigua villa de pescadores Olhão, que aún conserva su encanto. Lagos es uno de los pueblos con más encanto de la costa algarvía, y su centro histórico bien merecen un buen paseo para empaparte bien del ambiente local. Además, en el entorno de la espectacular e imprescindible Ponta da Piedade, podrás disfrutar de una playa de aguas cristalinas, la Praia do Barranco do Martinho. No tiene fácil acceso, por lo que apenas hay gente.
Una de las cosas que caracterizan a la costa portuguesa es la variedad de cuevas que encontraremos en ella. Una de las más famosas es la de Benagil, que te recomendamos que visites al amanecer con una excursión en kayak, para verla tranquila y sin gente. Si te gustan las rutas de senderismo por la naturaleza, viendo el mar, una de las más espectaculares es el Percurso dos Sete Vales Suspensos, que recorre el acantilado en la costa escarpada en unos 6 kilómetros con acceso a las playas y vistas de arcos y columnas de rocas en el mar. Dos de las más espectaculares son Praia da Marinha y Praia da Mesquita.
Otro de los pueblos con encanto que debes visitar es Carvoeiro, que también cuenta con una preciosa playa y varios restaurantes para comer. Cerca de él se encuentra el Algar Seco, un curioso conjunto de formaciones rocosas talladas por la acción del viento y el mar durante siglos.
Para finalizar nuestra ruta, te recomendamos visitar la parte más occidental de esta región portuguesa, donde se encuentra Sagres y su espectacular fortaleza. Y aquí también puedes descansar en sus playas de aguas turquesas como Praia do Beliche, Praia do Martinhal o la Praia do Tonel. Y no puedes perderte la puesta de sol desde el Cabo de San Vicente.
Y ¿qué gastronomía nos espera? Pues, por supuesto, el plato típico de la zona, la cataplana, una especie de guiso al vapor a base de pescado y verduras, realizada en una pequeña olla metálica y cerrada. El Bacalhau en sus múltiples variedades hará las delicias de cualquier amante del pescado, como las sardinas, o el Cozido à Portuguesa
¡Así que solo nos queda desearte un Boa Viagem!
