Removedora de conciencias, culo inquieto y con una capacidad única para generar ilusión. La mediática Ana Albiol renunció casi todo para cambiar su VIDA. Y lo ganó todo.
Es una de esas personas con duende que sonríe, al mismo tiempo que se enfada con las injusticias, sobre todo si son hacia nosotras mismas. Cuestiona y se cuestiona continuamente para encontrar su propia libertad, esa que le permite vivir la vida que quiere.
Directa y sin tapujos, sigue desnudando sus valores y consiguiendo sus sueños, aquellos que le hacen cambiar de vida tantas veces como sea necesario para ser feliz.
Su segundo libro, A muerte con la VIDA, relata el proceso personal que ha seguido para encontrar su propia voz y descubrir sus propias respuestas.
“VIDA de un culo inquieto” y “A muerte con la VIDA”. ¿Que diferencia podemos encontrar entre el primer y el segundo libro?
VIDA es mi historia, con reflexiones, si, pero no hay mucho más que mi experiencia. Es un libro tímido, voy de puntillas. En A muerte con la VIDA me valido, y muestra todo el proceso desde que suelto las brochas, y cambio de vida. Hasta que llego a ese punto es VIDA. Pero ¿qué pasa después? Eso es A muerte con la VIDA. Está escrito desde una energía muy potente, donde hablo muy claro, con mensajes mucho más directos.
Después de soltar semejantes bombas ¿Que sentiste al terminar el libro?
Me quedé nueva. Me liberé. Cerré una etapa. Me entendí. Comprendí mi proceso, lo integré, y lo solté todo aquí. Y lo cerré. Mi cambio de identidad se completa escribiendo A muerte con la VIDA. Esto es mi pasado. Y a partir de ahí, estoy a construyendo mi presente. De alguna manera, ha sido como renacer.
En muchas ocasiones comentas la importancia de la comunicación entre las personas, que parece que a veces está muy ausente. ¿Crees que mejorarían nuestras relaciones personales de haber más comunicación emocional?
Si, por supuesto. Somos una sociedad emocionalmente hipócrita. No hablamos de nuestras emociones porque no las entendemos. Nos da miedo comunicarnos, herir, sentimos culpa de expresar lo que sentimos. No nos han enseñado tampoco a identificar nuestras emociones y saber transmitirlas, ni de asertividad en la comunicación. Y la consecuencia es que al final creamos unos vínculos que son de mentira.
En eso quizá también influye el (mal) uso de las RRSS ¿la comunicación es más fría? ¿en el fondo hacen que nos sintamos mas desgraciados?
Yo creo que tienen dos vertientes. Mal utilizadas creo que si que generan altos niveles de ansiedad y estrés emocional. Pero también creo que bien utilizadas pueden servir para hacer cosas muy chulas, y unen a mucha gente.
Hablas mucho de valores, pero de hecho la mayoría de la gente no sabe identificar sus valores. ¿Como empezamos a saber que queremos?
La gente no sabe lo que quiere porque no nos enseñan ni nos educan en valores, por tanto no sabemos para qué hacemos las cosas. Cuando vas a tomar una decisión nadie te pregunta “qué buscas”, “qué te hace sentir”, “para qué haces lo que haces”. Decidimos sin plantearnos nada. Al final los valores es lo que te importa, lo que te mueve de verdad. Y cuando identificas eso, se abre un mundo maravilloso, porque te entiendes.
Además, no somos conscientes de lo mucho que influye nuestro entorno, educación e infancia en el futuro. ¿Crees que se le da poca importancia a esa educación en valores?
Los padres y madres tienen un gran reto. Y es verdad que creo que no todas las personas están preparadas para ese momento. Yo haría un psicotécnico a todo el mundo antes de serlo. (se rie) En el fondo, lo hacen lo mejor que pueden, pero si, se debería dar más importancia los valores, en todos los sentidos, y desde la infancia.
Has cambiado de vida muchas veces para vivir tu vida a muerte. ¿A que has tenido que renunciar?
A todo. A mi familia, amigos, vida social, a tiempo de calidad para mi, a autocuidado, a dinero, a seguridad, a reconocimiento, a la pareja. He renunciado a todo pero también lo he ganado todo. De una forma sostenible y coherente para mi.
¿Es esa coherencia es uno de tus valores principales?
Sin duda. Y me cuesta tenerla en muchas ocasiones, porque el ser humano es ambivalente por naturaleza, y esas contradicciones internas son continuas. Pero creo que la coherencia es fundamental. Sentir algo, decir algo diferente, y hacer algo diferente es insostenible en el tiempo. Y te acaba llevando a una crisis vital, que se te puede llevar por delante. 
¿Por qué crees que da tanto miedo el cambio?
Yo creo que a nivel biológico buscamos la supervivencia de la especie, y la inestabilidad, la incertidumbre asusta. Queremos saber lo que va a pasar, queremos el control para, entre otras cosas, evaluar posibles riesgos y minimizarlos. El cambio asusta porque nos sitúa en la incertidumbre. Y la llevamos muy mal.
Si, y tener que tomar decisiones.
Claro. Estamos tomando decisiones a todas horas. Porque al final, no decidir es también decidir. Ahora hay tantas posibilidades y tanta libertad, que lo que debemos hacer es decidir, pero a nuestro favor.
En este libro tratas mucho el tema del amor, ¿Crees que, a menudo, la falta de amor propio, nos convierte en mendigos emocionales?
La falta de amor propio y las costumbres. Yo, hasta que no me paré a analizar (me), no me di cuenta, por ejemplo, de lo machista que es esta sociedad. Esa complacencia, ese querer gustar y conformarnos a veces con migajas. Es cierto que nuestro modelo de referencia de amor la mayoría de las veces es el que tienes en casa, y eso puede marcar tu visión. Y replicas patrones que has visto. Y que seguimos viendo luego en las películas, la publicidad… Es lo que nos han vendido. Yo he tenido que entender lo que no es el amor para entender lo que es el amor.
Hablando de esa igualdad (o falta de ella) entre hombres y mujeres, ¿crees que se conseguirá algún día?
Espero que si (se rie) Creo que ahora la sociedad se está polarizando un poco. Veo nuevos discursos muy radicales que están validados. Y eso me da cierto miedo. Pero esa polarización nos lleva a discursos que buscan cada vez más esa igualdad, y yo confío que sean esos los que se terminen imponiendo, ya que también veo que muchos padres y madres, o en los colegios, se está educando en el feminismo y eso me da esperanza.
Comunicadora, Bloggera, escritora… ¿Que te queda por conquistar?
La parte empresarial. Tengo mucha capacidad de hacer dinero para otros. Pero me falta un modelo de negocio, una estructura. Yo tengo muchas ideas que no he llevado nunca a cabo por esto, y porque como que “no iba conmigo”, y tenia una cosa como de rechazar la abundancia. Tengo ganas de tener otros proyectos que no sean Ana Albiol, sino microempresitas.
El emprendimiento ha formado siempre parte de tu vida, y cada vez vemos más personas iniciando ese proceso. ¿Qué consejo le darías a alguien que esté iniciando un proyecto personal o profesional?
Crecimiento sostenible. Que no pierdan de vista la sostenibilidad, y no intenten ir demasiado deprisa. Que respeten sus tiempos. Que la facturación no tiene nada que ver con el beneficio, y que se formen en control económico. Si van a emprender, es para ganar dinero de forma sostenible para su vida, y no se puede llevar nuestra energía por delante.
Comentas en el libro que vivimos en una sociedad triste y enferma. ¿Hay cura para ella? ¿Qué asignaturas sociales crees que tenemos pendientes?
Ser verdad. Ser más auténtica. Quitarnos esas unas máscaras que llevamos. Al final es muy complicado conocer a una persona de verdad. Estamos todos asustados.
¿Te consideras una persona valiente?
Si. Me ha costado mucho ser así, porque me sale natural, pero si. Muchas veces, cuando me miro desde la distancia pienso “¿eso lo has hecho tu?” (se rie)
Al leer tu primer libro, e imagino que estará pasando con este también, mucha gente ha decidido saltar y cambiar ciertas cosas de tu vida. ¿Eres una removedora de conciencias?
Si, supongo… (se rie) Al final cuando me lo dicen, lo que hago es desapegarme un poco para no sentir esa presión, porque si me lo planteo y soy consciente, me presiono. Pero si que veo que a la gente que no ha escuchado nunca “mi chapa”, les remueve.
CUESTIONARIO
Un libro: “Biografía del silencio”, de Pablo D’Ors
Una canción: Isla Morenita, de Carlos Sadness
Una película: Intocable
Una frase: Si quieres, puedes.
Un momento del día: Cuando te metes en la cama con la rutina hecha.
Un olor: A mar
Un lugar: Lanzarote
Una cualidad: La autenticidad
Un defecto: la incoherencia
Algo que te provoque un escalofrío: el buen sexo
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