Premiere El juego de las llaves

El cine valenciano luce músculo en “El juego de las llaves”

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El Juego de las llaves, rodada en Valencia, se ha preestrenado en Kinépolis con la presencia de gran parte de su equipo.

Los cines Kinépolis acogieron ayer el preestreno de la película El juego de las llaves, que llega a los cines convertida en uno de los títulos más esperados de las vacaciones de Semana Santa. Esta comedia, que sigue a un grupo de amigos en plena crisis de los cuarenta que decide jugar a un intercambio de parejas, se rodó durante el pasado verano en diferentes localizaciones de Valencia y cuenta con dos artífices nacidos en la ciudad: el productor Kiko Martínez (El bar, Perfectos desconocidos, El cover) y el realizador Vicente Villanueva, responsable de títulos como Toc Toc o Sevillanas de Brooklyn. Ambos han asistido a la presentación de la película junto a gran parte del equipo valenciano y diferentes miembros del reparto, como Eva Ugarte, Fernando Guallar, Ricard Farré, Alina Nastase o los también valencianos Dani Tatay, Cintia García y Pepo Llopis.

Propuesta coral en El Juego de las llaves

Escrita por Marta Buchaca (Litus, Solo una vez) a partir de la serie mexicana del mismo título, El juego de las llaves es una propuesta coral sobre varios amigos que atraviesan una crisis existencial y de pareja. Laura (Eva Ugarte) lleva toda la vida con Antonio (Ricard Farré), y justo cuando se empieza a plantear si realmente esa es la vida que quiere, Sergio (Fernando Guallar) y Siena (Justina Bustos) se cruzan en sus vidas. Sergio es un excompañero de instituto y Siena su novia millennial que llega para revolucionar las vidas de todos. Laura, Raquel (Miren Ibarguren) y Cris (María Castro), íntimas amigas desde hace años convencen a sus respectivos maridos (Tamar Novas y Dani Tatay) para jugar a un juego que les propone Siena: el juego de las llaves.

Este es el primer largometraje que el director Vicente Villanueva ha podido filmar en su ciudad, y con un equipo mayoritariamente valenciano. “El rodaje duró siete semanas y todo salió perfecto”, reconoce. “El mayor reto era trabajar con ocho personajes protagonistas, y saber dar a cada uno su cuota de importancia”. Pese a la trama desenfadada, la historia también busca la implicación del espectador: “Todos podemos atravesar situaciones como la de los personajes, y sentirnos identificados con ellos. Esta es una película que trata al público con mucho respeto y al mismo tiempo le hace pasar un rato muy divertido”.

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